Algo muy propio de nuestro país es que cuando nos duele el estómago porque comimos algo que nos cayó mal buscamos al sobador . Esa persona que realiza un tipo de masaje en sus manos, brazos y abdomen, algunas veces en el cuello.
Ahora analicemos si realmente esto sirve o no. Las maniobras que estas personas realizan, las hacen a nivel de lo que se conoce como ganglios linfáticos, estos son esas pelotitas que tenemos en todo el cuerpo pero que son más palpables en el cuello, las ingles , los antebrazos y las muñecas, su función es drenar infecciones, grasa y líquidos. Por ello su estímulo en procesos infecciosos intestinales puede mejorar el flujo de la linfa, sustancia que circula en ellos, produciendo en algunos casos cierta mejoría clínica.
El problema radica en que muchas veces no tenemos un diagnóstico específico, algunas veces las famosas pegas son embarazos, otras veces son procesos de apendicitis en fase inicial, por lo cual terminan complicándose.
No es una buena costumbre el usar purgantes luego de haber sido sobado, ya que esto puede empeorar la evolución de la infección.
Ahora que ya conoce cuál es el fundamento científico de las pegas, es importante en caso de decidir tomar este tipo de opciones, el que no se manipule el cuello, abdomen u otros sitios, básicamente, limitarse a los brazos, así podríamos obtener ciertos beneficios sin arriesgarnos a complicaciones.
Es muy importante siempre la adecuada valoración del paciente para determinar y poder prevenir cuadros clínicos que pueden generar complicaciones, tal el caso de las apendicitis, por ello es importante que ante dolores de tipo abdominal, sea valorado médicamente.
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