Una confusa jugada al cierre de la etapa inicial del partido entre Santos y Grecia propició la acción de juego limpio de la jornada, la ira de un entrenador y el aplauso de un árbitro.
Todo se dio en uno de los partidos cuyo resultado tiene mucha trascendencia en los puestos de abajo de la tabla de posiciones, pero que estuvo escaso de emociones.
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Todo se originó cuando el santista Sebastián Araya disputó una bola y al parecer recibió una falta, pero el árbitro Steven Madrigal no marcó nada, luego llegó un defensor griego y majó la bola, mientras el silbatero tomaba la decisión, pero el juego debía continuar, razón por la cual, el santista Reimond Salas fue a marcar y a recuperar la bola y le cometieron una falta, acción que sí pitó Madrigal.
Entonces, todos los defensores de Santos subieron para el tiro libre, a un costado del área y Starling Matarrita se aprestaba a ejecutar, pero empezaron las discusiones, unos diciendo que no fue falta y otros para que entregaran la bola. En eso se perdió un minuto.
Matarrita, luego de dialogar con algunos compañeros, decidió tirar la bola por la línea final y se ganó el aplauso del árbitro Madrigal, según dijeron en la transmisión de Tigo, pero se ganó el regaño del técnico santista Gustavo Martínez.
Minutos antes, se activó el protocolo antirracismo por insultos en contra de Kadeem Cole de Grecia.