El boleto a la primera división para Sporting FC y Juventud Escazuceña sigue en el aire, luego de que ninguno sacó ventaja al 1-1 en el partido de ida de la gran final de la Liga de Ascenso.
En el estadio Rafael Bolaños, en el barrio La Plywood en Alajuela, paveños y brujos disputaron un duelo muy parejo, que demostró que estamos ante dos fuerzas muy iguales.
Será hasta este domingo a las 2 p.m en el estadio Jorge Hernán “Cuty” Monge, en Desamparados, que llegue la hora de la verdad y conozcamos al reemplazo de La U Universitarios en primera.
Aquel favoritismo que se posó sobre Sporting en la final del Clausura 2020 se disipó cuando los escazuceños sacaron la serie para obligar a jugar la gran final.
Son dos rivales, dos proyectos muy similares, basados en buen respaldo económico y caras conocidas de la primera divisón mezcladas con algunos jóvenes.
Después de jugar tres partidos seguidos, ya es poco lo que pueden esconder ambos equipos, son partidos que se deciden por un chispazo.
Lo bonito eso sí, es que los dos equipos llegaron a pulsearla, el camino para llegar a este punto es muy largo para guardarse algo en la final.
Desde que la pecosa rodó en el campo manudo se echó a ver la actitud, en solo 15 minutos cada cuadro tenía dos llegadas peligrosas.
A los once minutos, Erick Zúñiga tuvo un mano a mano con el arquero Carlos Méndez que pudo ser el primer pepino de los brujos, pero el remate se fue desviado por muy poco.
El atacante se la pudo pasar a su compañero Reybi Smith, quien venía acompañándolo, pero dicen que los delanteros son medio egoístas y quiso tocar la gloria por su cuenta.
La respuesta de Sporting vino en la siguiente jugada con un remate peligrosísimo de Bryan Vega, pero como ya ha quedado muy claro, Escazuceña tiene una muralla en el marco llamada Minor Álvarez, quien mandó el remate a tiro de esquina.
La intensidad no bajaba, después fue Jeffry Montenegro el que tocó la puerta de Sporting con tiro que se fue deviado rozando el poste a los 13, ofensiva que Jean Scott respondió para los paveños a los 15.
Se estaban dando con todo, tal como se juegan las finales, mostrando que ambos tienen la misma hambre y reconocen el premio gordo al frente.
Era lógico que aquel ritmo de tú a tú tenía que bajar en algún momento, pero hacia el final del primer tiempo se retomó con un par de tapadones que elevaron a Álvarez al nivel de la figura del juego.
El meta primero tapó un remate dentro del área a Scott y con reflejos felinos se recuperó y se levantó de inmediato para sacarle un cabezazo a Vega, jugada que arrancó los aplausos de sus compañeros.
Cuando un arquero anda en su momeno, todo le sale, tanto así que tuvo una mala salida al minuto 40, pero la ofensiva de Sporting no la aprovechó, hasta la suerte tiene de su lado.
Para el complemento llegaron los goles y con la misma tónica que en el primer tiempo, las anotaciones cayeron una detrás de la otra.
Los paveños abrieron el marcador a los 56 cuando un cabezazo de Jaime Valderramos pegó en el horizontal y picó adentro de la línea de gol a pesar que Álvarez tomó la chobola rápido, fue gol.
Los blanquinegros no habían terminado de celebrar cuando los azules igualaron las acciones al 60, con un cabezazo que clavó Reibi Smith al desmarcarse en el centro del área, luego de un tiro de esquina.
A pesar que los goles sacudieron el partido, muy rápido volvimos al punto de dos fuerzas que muestran ser muy iguales y con el mismo grado de ambición.
Después de un duro esfuerzo, da la impresión que al partido le sobraron los últimos diez minutos, ya las fuerzas no eran las mismas, no se podía correr igual, como si se hubieran dado por servidos.
Era mejor dejar las cosas así y el domingo salir a matarse para ganar un lugar en la primera división que arriesgar algo cuando ya no había muchas piernas. Por lo visto este martes, la mejenga en el Cuty es imperdible.