Lo que el Santos de Guápiles hizo en el Fello Meza se ve mal, eso es antifútbol, pero como se lo hicieron a Cartaginés no importa, hay que minimizarlo y achacarle al equipo que no clasificó por sus errores.
Ah, pero si eso le ocurre a Saprissa, Alajuelense y Herediano medio país estaría llorando, criticando el accionar de los santistas, no me quiero imaginar la llorada de Jafet Soto en conferencia de prensa.
Es la primera vez que veo que un equipo va abajo en el marcador y pierde tiempo, eso es una vergüenza.
Una vez más sacaré mi cajita blanca y pensaré que no hay nada atrás más que la intención de algunos jugadores de aguarle la fiesta a un equipo, pero hubiesen quedado como los grandes si lo hacen con fútbol, derrotando al Cartaginés y no de esa forma.
La bronca que se armó luego del pitazo final no la justifico, pero entiendo la frustración del técnico Martín Arriola y los jugadores; un pinche gol los dejó fuera de la fiesta grande del fútbol nacional.
Y es ahí cuando duelen más los constantes errores arbitrales en contra del Cartaginés.
Ese pinche gol fue el que nos metió José Miguel Cubero en clarísima posición prohibida, o el penal que no nos pitaron ante la UCR en el Fello, o el tanto que nos anota Santos luego de una clarísima falta en la primera vuelta del torneo, o la anotación de Grecia, también en evidente fuera juego, por mencionar algunas jugadas que recuerdo a pura memoria.
Es por eso que apoyo el reclamo enérgico que hace Arriola, así nos tachen de llorones o mediocres, si los brumosos no defendemos el equipo, ¿quién lo va a hacer?
Y repito si Saprissa, la Liga o Herediano estuvieran en nuestra posición estarían haciendo un escándalo.
Eso no quita que Cartaginés deba corregir muchas cosas y que Arriola deba aceptar que la eliminación se debe, en buena parte, por errores suyos y de sus muchachos, por ejemplo, el gol que nos perdimos este domingo por el egoísmo de Marcel Hernández, pero esas cosas se corrigen adentro, en el camerino.