La Selección sub-17 de Costa Rica se fue con una gran amargura al empatar 2-2 con Guyana en el premundial que se juega en Tiquicia rumbo a Catar 2024.
A los ticos no les queda otra que jugarse el boleto al mundial el domingo a las 7 p.m. en el estadio Morera Soto ante Trinidad y Tobago, juego que no pueden perder para clasificar, ya que ambos equipos tienen siete puntos luego de tres juegos. La Tricolor es líder por diferencia de goles en el grupo B.
El juego ante Guyana mostró las costuras de la Sele, que ante un rival al menos ordenado y con un poquito de colmillo puso a sufrir a los chamacos con poquito.
Un rival y un partido que en el papel no suponía ningún riesgo, jugando en el Estadio Nacional, sin mayor presión, la sub-17 se vio incómoda de manera alarmante, especialmente en figuras como el arquero Ian Orourke, responsable en los dos goles.
Para el jovencito meta del Saprissa fue un partido muy complicado, se veía nervioso en cada salida y en dos bomberazos regaló las anotaciones, lo cual se dieron cuenta los caribeños metiendo centros de manera constante.
La mejenga de este jueves estuvo muy lejos del 12-0 del debut ante San Martín o el 5-0 ante Islas Vírgenes Británicas, el equipo dirigido por Randall Row fue otro totalmente.
En solo 26 segundos de partido se adelantaron los ticos por un autogol lo que hacía pensar que se venía otro jamón, pero más bien el empate a los 38 sorprendió, tras un centro al área que el portero tico quedó metido entre los rivales en el área chica y no pudo ni saltar. Se vio muy limitado.
La Sele reaccionó muy rápido y a los 43 un tiró libre de Marcus Brown, atacante de Alajuelense, se clavó al ángulo del lado derecho para adelantar de nuevo a los ticos.
Cuando se creía que la igualada fue solo un susto, otra vez los caribeños golpearon en una jugada más que Orourke se quedó clavado, idéntico al primero y cayó el 2-2 al 54 en una mala noche para la Sele.