El presidente de la Federación de Malasia de Fútbol, Tunku Ismail Sultan Ibrahim, declaró el jueves pasado que teme a que sus jugadores sean envenenados por la dictadura de Corea del Norte, si su partido de clasificación para la Copa de Asia de 2019 se juega en Pyongyang, capital norcoreana.
Ambos países están en medio de una polémica diplomática tras la muerte de Kim Jong- Nam, hermanastro del líder norcoreano Kim Jong-Un, en febrero de este año, cuando se encontraba en el aeropuerto de Kuala Lumpur.
El partido, inicialmente programado para el 28 de marzo en la capital norcoreana, fue cambiado por la Federación Asiática de Fútbol para el 8 de junio.
"Sinceramente, me gustaría que el partido tuviera lugar en terreno neutro por el bien de los jugadores", señaló Tunku Ismail en la cuenta Facebook de la institución que preside.
"También estoy preocupado por el alojamiento proporcionado y la comida. Según una información que he recibido, debemos llevarnos nuestra propia comida para evitar cualquier riesgo de sabotaje", añadió.
"Los árbitros también podrían verse afectados por la amenaza. Si las decisiones van en contra de los norcoreanos, existe el riesgo de que estén puestos bajo presión", dijo ya con mucho pánico el malasio.
En caso de que la selección malaya no se presente, las autoridades le darán por perdido el partido, juego que abre la clasificación para la fase final de la Copa de Asia de 2019, que se celebrará en los Emiratos Árabes Unidos.