EscucharSebastián Acuña, seleccionado nacional, jugador de San Carlos tiene una particularidad que nos contó su padre, don Leonardo Acuña.
Sebastián, de 22 años, es un volante de contención, que ha sido observado por el entrenador Claudio Vivas, quien lo ha tomado en cuenta en el actual proceso.
Este viernes, en el partido ante Surinam, que terminó empatado a un gol, Acuña ingresó de cambio por el lesionado Jefferson Brenes y podría ser considerado para el duelo decisivo ante Guatemala, este martes en el estadio Nacional.
Don Leonardo dijo que su hijo hace un ritual siempre que los partidos son en el Carlos Ugalde, y lo contó, con algo de humor, como una característica muy propia de su hijo.
Resulta que Acuña pone música, pero a full volumen antes de irse al partido, para “matar nervios”, para empezar a concentrarse y ya la familia se sabe hasta las canciones que pone.
Son temas de un conocido grupo de cumbia argentina, llamado Ke Personaje, y que hace que el jugador se empiece a concentrar.
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“Es su forma de prepararse, siempre con su música favorita. Al final le ayuda para no pensar tanto en el partido y a empezar a meterse en el juego a la vez”.
El volante también es el encargado de cargar con el karaoke y micrófonos y cuanto accesorio se necesite en las fiestas o reuniones de la familia, una labor que disfruta, pero su papá advirtió que no canta ni los pollitos. “Él se preocupa mucho para que todos estemos bien”.
Acuña es originario de San Carlos, como toda su familia, y heredó la pasión por el fútbol de su tío abuelo, Guillermo el “Tierra” Acuña, famoso por haberle anotado un gol con Alajuelense a la Unión Soviética, con el mismísimo Lev Yashin en la portería. El juego quedó 1 a 1 y los soviéticos se preparaban para el mundial de Chile 64.
“Desde pequeño, la pasión por el fútbol fue increíble. Le dábamos todos los regalos típicos de un niño de cinco años, pero la pelota de fútbol siempre era lo que más le gustaba”, manifestó su papá.
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Acuña estuvo en escuelas de fútbol en La Guácima (vivieron un periodo corto en Alajuela), pero luego entró en las divisiones menores de los Toros del Norte, donde encontró padrinos, entrenadores que, realmente, le dieron un impulso, como Sergio Corrales, Carlos Corrales y, sobre todo, Gustavo Pérez, gerente del equipo.
“El hijo de Gustavo jugaba con el mio, pero era parte de un gruop que siempre andaba junto. Todavía hoy en día lo hacen. Lo apoyaron mucho, le dieron gimnasio, nutricionista, fisioterapia. aunque pocos creían en ellos”.
Don Leo dice que Sebastián es considerado por sus amigos como un líder, sueña con jugar en el exterior y está capacitado para hacerlo, pues como buen sancarleño, sabe hacerse de todo.
“Su disciplina ha sido clave para llegar a donde está hoy. A los 17 años debutó en la primera división, y justo un año después, sufrió una lesión en la rodilla, una ruptura de ligamento cruzado”, contó don Leo.
No obstante, Sebastián nunca desmayó, siguió con disciplina el proceso y regresó fuerte.
“Estuvo fuera seis meses, pero gracias a su esfuerzo y fortaleza mental, se recuperó. El año pasado fue convocado a la selección nacional y ha estado entrenando con la élite. Ahora está bien referenciado por el entrenador Claudio Vivas y debe aprovechar esta oportunidad para mantenerse en ese grupo y dar el salto al fútbol internacional, que es su deseo”, dijo.
El papá de Sebastián dice que es un muchacho serio y estable, estudiante de administración de empresas, de la cual ya casi se gradúa y que se piensa muy bien las cosas antes de hacerlas. Tambiés es jovial, pero a la vez tranquilo.
“Sebastián es una persona educada, reservada, analítica, no muy bromista. Tiene una relación estable”, manifestó.
Sebastián tiene dos hermanos, Alejandro y Ariana. Sus padres son Leonardo Acuña y Jessica Murillo y todos son sancarleños.
Con el apoyo incondicional de su familia y su pasión por el fútbol, Sebastián está listo para asumir nuevos retos. Su sueño de jugar en el exterior parece más cerca que nunca, y mientras tanto, seguirá disfrutando de cada partido con su particular ritual, preparado para aprovechar cada oportunidad que el fútbol le ofrezca.
