El 31 de enero del 2010 don Víctor Barahona salió a la cancha del Ricardo Saprissa como la ha hecho desde 1998, vestido como el Monstruo, la icónica y querida mascota del club.
Ese día lo marcó, porque entendió lo que significa este personaje para la afición morada.
La S jugaba ante San Carlos en la Cueva e iba a presentar la nueva apariencia de la legendaria mascota, pero verlo todo musculoso, con los pelos parados y con un traje negro, que tenía el logo que se usó en la administración de Jorga Vergara, no le hizo nada de gracia a los fiebres tibaseños.
En 22 años que tiene de encaramarse el disfraz, aquella fue la única ocasión en que se fue entre chiflidos y reclamos, pero más allá de tomárselo personal, don Víctor entendió que las quejas no iban contra él, sino que el Monstruo simple y sencillamente no se tocaba.
“Ese fue todo un conflicto con la afición, uno de los cambios que quiso hacer Vergara fue ese y no lo pudo hacer, la gente no lo aguantó. El Monstruo tiene un color y una forma original y cambiar eso, creo que a nadie le gustaría, porque es tocar como la esencia del club”, recordó Barahona.
Don Víctor está acostumbrado a los abrazos, las caricias y a ver a los morados con la cara iluminada de felicidad apenas lo ven, no importa la edad que tengan, por eso a él lo impactó tanto lo que pasó esa vez y le demostró lo que quiere la gente.
“Yo recuerdo la gritería y el abucheo de la gente ese día, más la afición de Saprissa que es la más grande y exigente del país, ese Monstruo solo salió esa vez, no pudo salir más. Ese día no pude ni dormir, nunca me había sentido tan despreciado, por dicha fue solo esa vez", comentó.
Pasado ese trago amargo, la historia de don Víctor en el Saprissa ha sido muy linda, según nos cuenta, porque además de encontrarse con una familia, el siente la caliente piel de la mascota como si fuera la suya, tiene 49 años e interpreta al personaje desde que tenía 27.
“La mitad de mi vida he personificado al Monstruo y la verdad no me imagino sin hacerlo, ese traje es como decir mi camisa, la ropa por la que todos me conocen, se apega uno mucho, es algo muy personal para uno”, detalla el hombre.
Más que el Monstruo
La historia de Barahona en el club viene desde mucho antes de encarnar al Monstruo.
Llegó a trabajar a Tibás hace 29 años como empleado de mantenimiento y en una ocasión, como no había quién interpretara al personaje, Manuel Muñoz, jefe de prensa de aquel entonces, le pidió el favor de que lo hiciera.
En la institución lo reconocen como una persona muy colaboradora, por lo que cuando le presentaron la idea no lo pensó mucho y cuando se dio cuenta ya estaba en la cancha con sus característicos bailes.
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"El traje duerme en el estadio, pero yo me encargo de revisarlo casi todos los días, de estar dándole una manita, lavarlo por completo no se puede, pero le paso muchos productos para tenerlo limpio.
“Mucha gente me pregunta que cómo huele por dentro (risas), pero después de un par de usadas le aplico un producto para que se mantenga bien, por dicha ahora tiene ventiladores para bajar el calor, al principio sí era más caliente y más complicado”, destacó.
Un detalle muy curioso es que don Víctor vive en Alajuela, pero tranquilos, morados, porque es más saprissista que cualquiera.
Eso sí, afirma tener una gran amistad con el León de Liga Deportiva Alajuelense, interpretado por Eduardo Arroyo.
Embajador
Además de meterle color a los partidos, el Monstruo hace presentaciones en eventos especiales, benéficos, cumpleaños y hasta matrimonios, a los que lo convocan con más frecuencia de lo que muchos pensarían.
Barahona dice que una vez, inclusive, en una boda en el centro de Eventos Pedregal, en Belén de Heredia, un manudo muy necio y pasado de tragos hasta le armó el pleito porque no podía tolerar su presencia, pero otros invitados lo defendieron.
“También me llevan mucho a cumpleaños y no solo de chiquitos, sino de adultos que se ponen superfelices de verme, casi como si fueran niños, esa es parte de la magia del Monstruo”, dijo.
Un caso de estos fue el de Daniel Céspedes, periodista de Telenoticias, a quien sus compañeros de brete le llevaron al Monstruo, en octubre del año pasado, para darle una sorpresa. Cuando el comunicador lo vio, le pegó un abrazote.
“Una vez en un desayuno un compañero dijo que qué chiva que alguien trajera al Monstruo y dije que ese hubiera sido el mejor regalo que nunca tuve de carajillo, dos días después era el cumpleaños, subí a la redacción, lo vi llegar y fue la felicidad personificada, jamás en mi vida lo imaginé”.
“Uno ve al Monstruo y te devuelve a la niñez, a esa ilusión del equipo de toda la vida, aparece esa magia de que no es solo fútbol, es esa pasión y recuerdos de un equipo que llevas en la sangre desde niño y no debes perder”, explicó Céspedes.
La situación del COVID 19 tiene al Monstruo guardado de cualquier evento, pero él, al igual que muchos fanáticos, está contando los días para volver de nuevo a menear la cola.
La historia |
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El Monstruo nació en 1987 y su imagen está basada en la del dragón Elliot, personaje de la película de Disney de 1977, “Mi amigo el Dragón”. Se le hicieron algunos cambios hasta quedar con la forma clásica en la que todos los conocen. “Se caracterizó por ser amistoso, talentoso, bailarín, amante de la niñez y por realizar obras de bien social y deportivamente hablando, identifica al club como el monstruo del fútbol, por su grandeza, fuerza, coraje y entrega en el deporte", destaca el sitio web del Saprissa. Para contratar al Monstruo, lo puede hacer al correo monstruo@deportivosaprissa.com |