El Monstruo volvió al trono del fútbol nacional este sábado luego de coronar un torneo en que el recuperó su estirpe, el poder y orgullo, aquella sensación de que el rival teme cuando lo enfrenta, es decir, un año en el que Saprissa volvió a ser Saprissa.
No fue nada fácil la final ante el Herediano, pero es que las finales rara vez lo son, pero aún cuando sufrió, tuvo la fortaleza y serenidad para salir adelante luego de sufrir durante buena parte del partido que perdieron 1-0.
La 37 deja un sabor especial por las formas, por el cómo recuperó el cetro de monarca, en esta ocasión no hay dudas ni peros sobre su rendimiento, la manera cómo se metió a la segunda ronda o la “suerte” que ha tenido en otras ocasiones cuando levantó el título.
Luego de arrastrar un poco su imagen en los últimos años, en el Monstruo recordaron quiénes son y por eso este torneo buscaron hacer las cosas diferentes, lo que dio el título como recompensa.
Hace un año, los morados perdieron en el mismo escenario de la gloria de la 37 el título ante un cuadro florense que era liderado por Jeaustin Campos. Uno de los puntos para volver a la gloria era ese, recuperar al técnico que más alegrías les ha dado, el de los seis campeonatos desde este sábado.
La fiesta ahora será larga, inició en la Cueva con el pitazo final y se extenderá por varios días seguramente, pues el sabor de boca de este campeonato, sin duda, es de los más dulces.