Saprissa puso las garras en la copa 39, derrotando como visitante a Herediano 2 a 1 en el juego de ida de la final de la segunda fase, jugando más de 75 minutos, con tiempo añadido, con un hombre más.
El Monstruo se sabe de memoria cómo es el asunto de las finales. No es cuestión de llegar mucho, ni de encimar, ni de jugar bonito. Es un tema de actitud, de no dar una bola por perdida, de meter el corazón en cada jugada y de contar con ese factor que llaman ADN, pero que muchas veces es suerte, porque al frente tenía a un equipo con las mismas características.
Quien diga que el Team no sabe jugar finales está equivocado o no sabe de fútbol. El cuadro florense se paró firme, tuvo llegadas y supo, incluso, luchar con un hombre menos. Hasta tenía más volumen de juego, pero fueron los morados quienes anotaron.
Ese extraño factor sin duda existe. Se lo dijo David Patey a La Teja este miércoles en una entrevista. “Esos momentos, por los partidos tan parejos y la presión que tienen los dos equipos, un error o un momento bondadoso, marcan diferencia”, adelantó.
Y le tocó a Aarón Cruz, portero de Herediano. En una jugada donde la bola se fue altísima en el área, tenía que salir con todo, con la rodilla al frente, a atrapar la bola o a rechazar con fuerza y decisión. Kendall Waston fue también por la bola y, sin duda, con su altura, estorbó la acción del portero, quien no fue con todo. El despeje quedó a medio palo y le cayó a Fidel Escobar. Error garrafal.
El panameño, sin marca, tiró un centro globeadito a Waston, pero Warren Madrigal anticipó a defensores y a sus compañeros y remató con certeza al fondo de la red. Cruz fue superado y la falta de decisión en la jugada anterior le cobró la factura.
Ese factor suerte que siempre parece estar de lado de los morados también incidió en un codazo que Waston le metió a Elías Aguilar entrando al área y que Adrián Chinchilla no observó (jugada de VAR). Era roja, según expertos.
De esa jugada vino, inmediatamente después, la acción que marcó mucho el juego, la tarjeta roja a Orlando Galo, que no hay duda que era de expulsión, al minuto 14.
Y aunque Herediano reaccionó con cambios correctos, sacó a Ronaldo Araya y metió a Yeltsin Tejeda para recomponer su sistema defensivo y al ratico sacó a Keysher Fuller para meter a Keyner Brown. Pero la S ya había golpeado con el gol.
Golpe. La anotación que puso todo cuesta arriba para los heredianos fue la segunda, otra vez de Warren. Saprissa, que ataca en momentos claves, armó una gran jugada colectiva de cuatro piezas iniciando el complemento.
Madrigal con East, Javon con Jefferson Brenes y este con Madrigal, a quien dejó de cara al marco, solo frente a Cruz. El espigado delantero, al que le vienen bien las instancias finales, definió con calidad y festejó con sus compañeros lo que parecía un golpe definitivo.
El Sapri tiene eso que llaman ADN y se nota hasta en las faltas que cometen, las saben hacer, no son evidentes a primera vista, sí en repeticiones, en jugadas de VAR, que aún no está en Costa Rica.
Hasta el analista de La Teja, Henry Bejarano, lo dijo; Elías es la piñata de Waston. Claro, Waston se lo acomodó varias veces, pero el árbitro no lo vio. Y Saprissa es Saprissa, sin restar méritos de ninguna manera, tiene ese factor que acompaña a los campeones, a los que saben ganar, a los que tiene debajo del zapato a su rival número uno, Alajuelense, y también a su rival número dos, Herediano.
El principal enemigo para que el Team no alcance a la Liga en títulos es Saprissa, ellos lo quieren todo, lo ganan todo. Al menos a nivel nacional.
Pero en cierto modo, ese factor suerte del que habla Patey le sonrió al Team al 55. Elías filtró un balón al área donde Allan Cruz lo disputó con Waston, ambos cayeron, pero la bola le quedó al goleador del torneo, Jesús Godínez, quien le dio con todo. La pelota fue al palo de mano derecha de Kevin Chamorro y el rebote le pegó en la rodilla a Cruz y se fue para el fondo del marco.
La afición despertó, Herediano, que tenía todo perdido, recuperó la fe, pero Saprissa es Saprissa. Los hombres de Vladimir Quesada pusieron corazón y alma para que el Team no creciera, no empatara y el Monstruo terminara casi agarrando la 39.