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Saprissa derrotó este sábado 2-0 a San Carlos en el Carlos Ugalde, pero luego de semanas y semanas de quejas, uno duda si era lo que realmente la afición morada quería, porque una derrota indudablemente provocaría lo que para muchos parece inevitable, que Vladimir Quesada salga del banquillo del Monstruo.
Los morados pareciera que no quieren seguir viviendo en la “mentira” en la que supuestamente los tiene el entrenador y su directiva, y que a veces, como pasó este sábado, maquillan los resultados, pero no solucionan el verdadero problema de fondo de un equipo con múltiples defectos.
La situación del entrenador es insostenible, los rumores de su salida y la llegada de Wálter Centeno crecen cada día más, versión que suena muy fuerte y podría darse en cualquier momento, una derrota más simplemente hubiera adelantado las noticias, aunque ganar tampoco le garantiza nada al técnico.
Lo que pasa con Saprissa no es solo ganar, es que el equipo luce lejísimos de lo que pide hace rato su afición, la que se cansó de pedir la salida de Vladi por diversos motivos, ante tanta presión pareciera que la directiva morada ya tomaría cartas en el asunto, el chaparrón es fuerte.
Este sábado, por ejemplo, el Monstruo ganó y nada más, la brillantez la dejó hace rato botada y con poquito sufre, San Carlos, por ejemplo, lo perdonó en varias ocasiones que con más tranquilidad y mejor definición la historia sería otra.
El Monstruo parecía un torero improvisado de esos que van a Zapote, que se pega una corrida a tumbos evitando que lo agarre el toro hasta que llega a la barrera y apenas se la brinca para salvarse la tanda.
Los morados empezaron ganando muy rápido, apenas a los 11 minutos luego de un centro de Marvin Angulo, que cabeceó Cristian Bolaños en el área y después lo hizo Johan Venegas para marcar, como dice la regla, dos cabezazos en el área suelen terminar en gol.
El promisorio arranque en los primeros quince minutos en una noche muy linda en Ciudad Quesada pudo hacer creer que se vería algo diferente a lo que ha venido enseñando Saprissa, pero conforme pasaron los minutos aparecieron de nuevo las congojas.
San Carlos perdonó una de las más claras a la media hora, cuando el joven Rasheed Chirino la tuvo para liquidar al Monstruo solo frente al marco, pero le dio muy abajo a la pecosa y se le fue muy arriba, perdonando al equipo de su hermano Randy, quien también fue titular con la S.
Los Toros se acomodaron en el campo y manejaban la pecosa mejor que un Saprissa que extrañaba a Mariano Torres, quien no jugó por una lesión en la ingle. Ya en el complemento los locales se acomodaron mejor y antes que el Monstruo llegara al 2-0, volvieron a perdonar en al menos tres ocasiones.
Abajo en el marcador, Álvaro Saborío hizo su regreso luego de estar ausente por una lesión desde la fecha tres ante Alajuelense. El goleador avivó las opciones norteñas y casi clava un gol con una jugada que tapó bien Aarón Cruz.
Cuando parecía que las cosas se irían 1-0, otro “accidente” apareció en un partido del Saprissa, pero este fue a favor, cuando Suhander Zúñiga, quien entró de cambio le robó la chocobola en salida a José Luis Cordero, Jairo Arrieta se la llevó y puso el otro pepino.
En el área técnica, Vladimir celebró “el accidente” como si fuera el detalle que le salvaba el brete y le da otra semana más a cargo en Tibás, aunque nunca se sabe, es probable que las cosas cambien y Paté se aparezca más pronto de lo imaginado.
