EscucharA Saprissa no se le puede dar ventaja cuando casi está muerto, menos cuando está vivo, como lo hizo Alajuelense este domingo que dejó ir una ventaja de dos goles en San Carlos que los morados aprovecharon para meterle a los manudos tres puntos en la tabla de posiciones.
Fue un Saprissa bravo, sin mucho fútbol, pero sí con actitud, con ganas de seguir en el primer lugar y reponerse a un gol sorpresivo de Guadalupe que los puso contra la espada y la pared. Eso es Saprissa, esa es la diferencia que marca con los demás equipos, cuando debe ganar, gana, sin importar si fue de chiripa, si jugó feo, si fue superado. El Monstruo huele sangre y va tras ella a como sea.
Cierto, el juego de este domingo fue extraño. Saprissa tuvo más volumen de juego que Guadalupe en la inicial, pero sin profundidad y con una serie de centros sin peligro como única alternativa para llegar al marco contrario.
Kendall Waston, el arma predilecta de Saprissa en las alturas sufrió un doble marcaje de dos hombres altos (no tanto como él) y recios y no sufrieron con el espigado defensor y en esa dinámica transcurrió el primer tiempo que terminó con ventaja de los visitantes.
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El gol cayó en un tiro libre al minuto 12, que Jorge Gutiérrez colgó al área. Pablo Arboine rechazó en primera instancia, Waston en segunda y hubo un tercer rechazo en el área morada que cayó en Yostin Daly, quien hizo un partidazo, y la prendió de seguido y la mandó a guardar.
Fue un balde de agua fría para la afición que llegó de forma generosa y quería ver goles y muchos, pero que debieron esperar acontecimientos, sobre todo porque Alajuelense iba ganando en ese momento 1 a 0 a San Carlos.
Pero Saprissa, insistimos, equivocó el camino, llenó de centros al rival y Guadalupe salió respirando hondo de un primer tiempo que se suponía sería más complicado y lo terminaron ganando.
Cambio clave
En el complemento, Saprissa hizo cambios y metió al que siempre responde, Ariel el ‘Samurái’ Rodríguez, clave en la voltereta, quien no solo le dio una energía diferente al ataque morado, sino que encontró formas de ataque distintas.
Lógico, Saprissa no renunció a buscar la vía Waston para anotar y casi lo consigue al 49, pero la Torre apenas pellizcó un centro de Mariano Torres, quien empezó a crecer en el partido.
El empate fue un golpe certero, producto de un gol de goleador. Rodríguez la pegó de seguido en el área y la bola pegó en el vertical de mano derecha de Alejandro Barrientos y el rebote cayó en Warren Madrigal, quien es amigo del gol, y la metió ante la reacción del portero guadalupano, que no le alcanzó.
Ya con el empate, ya con la grieta hecha en el marco guadalupano era cuestión de esperar porque los hombres de Fernando Palomeque no podían acabar las jugadas. Sí la tocaban, armaban algo en medio campo, pero a la hora de la verdad, se les complicada.
Saprissa en cambio, cuando está con las luces a favor, hasta Kendall Waston se anima a jugar de Messi y al minuto 74, el gigante quedó solo ante Barrientos, quien le achicó. Waston le tiró el balón por arriba en un bañito de lujo para un defensor, pero la bola pegó en el horizontal. El rebote le cayó al Samurái, que le metió el empeine de su pierna izquierda para darle la ventaja al Monstruo.
Al juego le faltaban 26 minutos, pero ya se sabía que había terminado. Guadalupe no tenía arrestos físicos por el gran esfuerzo y menos futbolísticos para volver a poner contra las cuerdas a los morados.
Lo que sí queda claro es que la lucha por el liderato se va despejando y tiñendo de morado y la del sótano pinta a que estará reñida porque pese a la derrota, a Guadalupe se le vio una mejoría con respecto a otros partidos.
