En los partidos de fútbol hay una regla clara: si un equipo que va ganando se duerme en los laureles, hay muchas posibilidades de que termine cediendo puntos, pues esto lo aplicó el Santos de Guápiles cuando, después de ir perdiendo 2-0, al finalizar el partido logró empatar el juego.
Pero fueron los santistas los que iniciaron medio dormidos, ya que al minuto 12 Wílmer Azofeifa se fue a presionar en una salida del capitán Jhamir Ordain, el defensor se desconcentró, el sancarleño se la quitó y fusiló al portero Alejandro Barrientos.
Gabriel Leiva aprovechó esa desconcentración de los defensas santistas para ganarle la marca a Luis José Hernández y de cabeza poner el 2-0 al 58′.
Pero las cosas cambiaron en cuestión de minutos, porque los caribeños se despabilaron, al minuto 63 Oscar Linton, en un tiro de esquina, le ganó el salto a todos los defensas y con un buen cabezazo descontaba con la fe de arañar un punto.
Siete minutos después, Rigoberto Jiménez se vistió de mago, hizo un amague dentro del área y con un tiro colocado a ras de suelo sentenció el empate.
Al minuto 74 volvió a las canchas el histórico Álvaro Saborío, al ingresar de cambio por Andrey Soto.
Sabo tuvo varias jugadas de peligro, pero la buena reacción de los defensas no le permitió celebrar una anotación en su regreso.