Luego de los desmadres ocurridos en el estadio Alejandro Morera Soto en el clásico nacional, en el que aficionados de Alajuelense invadieron la cancha y hubo agresiones a jugadores del Saprissa, tanto en la cancha como en la gradería, las sanciones a los erizos le salieron más baratas que el resultado del partido.
El Tribunal Disciplinario de la Federación Costarricense de Fútbol confirmó que el castigo tras los incidentes es el veto de la cancha por un partido y un total de ¢1.3 millones en multas.
“El veto de uso del estadio Alejandro Morera Soto para el próximo partido de local de conformidad con el artículo 72 inciso 3, por lanzamiento de objetos contundentes (moneda de 100 colones) que impactó a un jugador dentro del terreno de juego”, destaca la nota de de la Fedefútbol.
La mejenga en la que se deberán purgar la sanción será el duelo de la fecha 18 ante el Herediano.
El resto de sanciones económicas se da por la invasión a la cancha, el ingreso de bombas de humo previo al partido, extintores y los conflictos realizados por la afición después del juego.
Además, al manudo Rashir Parkins le metieron un partido de sanción por acumular cinco tarjetas amarillas en el torneo.