Pocas personas en Tiquicia pueden darse el taco de don Gerardo Loría y su hijo Kewdell, quienes este miércoles consiguieron por segunda vez en su vida un recuerdo con el astro del fútbol brasileño Ronaldinho.
Hace seis años, cuando la Selección de Brasil visitó Costa Rica para jugar un amistoso en el Estadio Nacional, estos vecinos de Ciudad Quesada, San Carlos, también consiguieron una foto y un autógrafo con la exestrella del Barcelona.
Aquella vez también pescaron a Neymar y Dani Alves en los pasillos del hotel Marriott, después de dos días de hacer un fijo. El esfuerzo valió la pena.
“Aquella vez nos tuvimos que quedar dos días en el hotel para poder verlos y los agarramos cuando les dio hambre, por lo que las 12:30 a. m., bajaron al lobby y los vimos, así conseguimos la foto, en esta ocasión la verdad fue un poco más sencillo”, explicó Kewdell.
Como dato curioso, en aquella ocasión los acompañó el futbolista Roberto Córdoba, ficha de Alajuelense y quien actualmente está a préstamo con el Municipal Grecia.
Los norteños salieron de su pueblo a las 7 a. m. y al mediodía ya estaban bien sentados en las primeras mesas del restaurante Hard Rock Café en Belén esperando al Dinho, quien llegó a las 2:45 p. m., entre los aplausos y la emoción de los casi 300 asistentes.
Después de hacer fila por un rato, los sancarleños subieron a la tarima y consiguieron la foto y el autógrafo en una camiseta. Kewdell llevaba una chema de Brasil, mientras que don Gerardo llegó muy orgulloso con la de los toros del norte.
“Ronaldinho es para mí el mejor jugador que he visto, el tiro libre que le anotó a Inglaterra en el Mundial del 2002 es inolvidable o cuando el (estadio Santiago) Bernabéu se levantó a aplaudirle. Poder estar acá compartiendo con él por segunda vez para mí es algo muy especial”, dijo el muchacho de 21 años y estudiante de Medicina.
Don Gerardo nos contó que ellos son fiebres de cazar recuerdos con figuras del fútbol en el país y que han conseguido firmas de integrantes de la selección española y del argentino Lionel Messi.
Todos querían un recuerdo con el crack y por eso se apelotaban para subir por lo que la seguridad hasta tuvo que actuar con dos que que se quisieron pasar de listos.
La actividad era de carácter privado y las entradas costaban entre los ¢20 mil y los ¢60 mil.
Otro caso curioso fue el del joven Roberto Solé, quien contestó correctamente una de las trivias que realizaba el animador y bailarín Neto para poder subir a la tarima con el astro.
Neto preguntó: ¿Con cuál equipo debutó Ronaldinho en el fútbol profesional? La respuesta fue muy sencilla para el joven de 14 años, porque su papá, también llamado Roberto, andaba con la camiseta de ese club casualmente, el Gremio de Porto Alegre.
“Conocer a Ronaldinho es un sueño hecho realidad, desde que nos enteramos de esta actividad, vimos que era la oportunidad para conocerlo”, indicó Solé.
Pasadas las 3:30 p. m, el brasileño se despidió de los asistentes, se levantó, exhibió su clásica sonrisa y dejó a todo mundo en una nube , al fin y al cano no todos los días se conoce a un crack.