Este sábado en Alajuela y Heredia estuvieron rezando esperando la típica cartagada que les permitiera seguir ilusionados con la clasificación.
Y los brumosos no los decepcionaron y cayeron 2-0, como muchos esperaban, ante San Carlos.
Los fiebres brumosos que llegaron al estadio Carlos Ugalde en excursiones que salieron desde el Fello Meza, tenían una energía que se desbordaba en las gradas.
Pero eso no contagió a los jugadores azules, quienes salieron a no perder a la gramilla del lindo “estuche” norteño.
Con un poquito de la emoción que tenía la fanaticada, el partido habría sido más parejo y no uno en el que los Toros tenían la iniciativa y tiraban las mejores cornadas ante un tímido torero que apenas y sacaba el capote y la espada para buscar herir.
Locales bravos
La mejenga partió tal cual la imaginaban muchos, es decir, con el local llevando la iniciativa, buscando el marco contrario y correteando a la presa, que se pasaba la mayor cantidad de rato detrás de la barrera, jugando a la contra.
En pocas ocasiones le daba para meterles un susto a los norteños.
Cartaginés es un equipo al que le urgía ganar en la Zona Norte; sin embargo, no demostraba mucho esa necesidad.
Era evidente que el rival la tenía más clara, más hambre, más ganas, más espíritu, más de todo.
Una victoria brumosa metía a los centenarios en zona de clasificación; una norteña, además de meterlo ya en la semifinales de forma oficial, mandaba a los Toros a la cima del torneo al menos por una noche por el promedio de goles.
Pérez Zeledón, como sabemos, juega este domingo en Limón.
Entre los ataques norteños en la etapa inicial destacó un evidente penal que el árbitro Bryan Cruz se tragó cuando Álvaro Saborío entraba al área y William Quirós le levantó el pie para que se cayera.
Era clarísima la falta, solo Cruz no la vio.
Con el error el estadio que jugó su partido y se volvió un hervidero.
Conforme pasaron los minutos los fiebres brumosos quedaron silenciados ante los ruidosos norteños que estaban muy metidos en la mejenga.
San Carlos no le daba descanso a un timorato Darryl Parker ni a la zaga brumosa con opciones de Sabo, Alberth Villalobos, José Luis Cordero y un gran trabajo por la banda izquierda de José Luis Sánchez.
Cuando iban por el minuto 37 y arrancó el grito de “¡Toros, Toros!”, ya el local debería haber ido ganando, pero para justicia y su fortuna los pepinos llegaron en el segundo tiempo.
Y llegó lo bueno
Los primeros 15 minutos del segundo tiempo, fueron los del brote de valentía brumosa, adelantaron un toque más, emparejaron un poco y hasta casi se adelantan con un cabezazo de Marcel Hernández en el área que tapó Marco Madrigal bien; hasta el autogol de Jameson Scott lo hizo frenado.
El centro al punto penal de Roberto Córdoba cayó a la cabeza del capitán brumoso, quien con su toque se la cambió de lado a Parker y abrió el marcador al 66′.
Como sucede cuando un toro mete una cornada, tira otra de una vez y apenas dos minutos después ya el partido estaba 2-0 con el gol de Sabo, quien ahora sí definió como el goleador que es para llegar a diez pepinos este torneo en su partido 200 en la primera división.
Con la fiesta armada, San Carlos tampoco sufrió al cierre del partido y más bien pudo clavar un tercero, mostrando que en su estadio el rival podrá hacer fiesta en las gradas, pero no en la cancha.
Al fin y al cabo siempre se puede contar con una cartagada. ¡Se tenía que decir y se dijo!