San Carlos podría la noche de este miércoles alcanzar su primer título de la división mayor apenas un año después de haber regresado a la máxima categoría y haber pasado por el infierno de la segunda división.
La tarea de campeonizar no es sencilla, su rival es de peso. El Deportivo Saprissa es un equipo con una histórica mentalidad ganadora, en el ADN del Monstruo está el luchar hasta el último suspiro mientras haya vida.
Esa calidad de "enemigo" haría que en caso de salir airosos los Toros del Norte, su éxito sería aún más sonado, más espectacular.
La temible Cueva de Tibás no se los comió el domingo pasado, los norteños salieron vivos, pero lo único cierto en el fútbol es que nada está escrito, cada partido escribe su propia historia.
Pero más allá de que los norteños salgan o no campeones, las lecciones que vienen dando son dignas de reconocer, aplaudir y deberían sonrojar a instituciones centenarias como la Liga Deportiva Alajuelense y el Club Sport Cartaginés. Jafet Soto debería aprender que no se debe estar brincando cuando el piso está parejo y estar coleccionando anticuerpos, su energía debería enfocarse en revitalizar a su querido Team que en este certamen nunca floreció.
San Carlos está haciendo las cosas muy bien, va por el rumbo correcto, con bases solidas para no ser flor de un día como si lo fueron campeones como Brujas o Libería Mía, equipos de los que pocos se acuerdan.
La pujante y hermosa zona de San Carlos merece un proyecto de primera división como el que están estructurando y que puede crecer muchísmo más. Norteños, ustedes ya son campeones independientemente del resultado del partido de mañana.