El lunes pasado, cuando el periodista Gabriel Vargas, del sitio web TicoDeporte.com, reveló que el técnico Óscar Ramírez estaba agüevadísimo por las amenazas en su contra y que tenía ganas de dejar todo y jalar de una vez, a Vargas se le fueron encima la Federación y algunos miembros de la prensa que, por su actitud, parecían más bien asalariados de la Fedefútbol.
Salieron de nuevo los comunicadores acomodados a rasgarse las vestiduras y se colocaron del lado de la Federación como defensores.
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Más de uno dijo que Gabriel había inventado una novela al mejor estilo de Corín Tellado y hubo periodistas (los acomodados) que se quedaron con la información oficial, "la verdad" de la Federación, según la cual no había tales amenazas. Pero este viernes muchas cosas se aclararon...
¿Por qué si el Machillo estaba tan tranquilo como dijeron él y la Federación fue necesario sacarlo del aeropuerto Juan Santamaría por Base Dos?
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Al fin y al cabo quien se supone que empeñó su credibilidad por haber dicho lo que pasaba, terminó sacando caja. Gabriel Vargas demostró que la cosa con el Machillo estaba tan furris como los resultados de la Sele y dijo una verdad que algunos periodistas deportivos prefirieron ver como un cuento porque se creen amigos de los federativos o, aun peor, de los jugadores.