Tres partidos necesitó el goleador hondureño Rubilio Castillo para estrenarse en las redes del fútbol tico.
Lo hizo la noche de este jueves en la victoria del Monstruo 2-0 ante la Universidad de Costa Rica. El catracho hizo el segundo.
De cabecita, y con un poco de suerte porque un defensor universitario se la desvió a su portero, Rubi se hizo grande.
“Venía trabajando para esto, estoy muy contento y agradecido, primeramente con Dios y después con mis compañeros. Creo que anotar el primer gol con la mejor institución de Centroamérica significa mucho para mí y voy a seguir trabajando para hacer las cosas que el profesor quiere”, comentó Castillo tras el pitazo final.
El goleador confesó que ha ido entendiéndose perfectamente con sus compañeros, para que le manden bolas al área y crear peligro.
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“Vamos poco a poco, fue de mucha importancia para mí anotar este gol, le dije a mi compañero Richy (Ricardo Blanco) que me mandara una y gracias a Dios la que me mandó pudimos terminarla bien y con un poco de fortuna, pero gol es gol y hay que celebrarlo”, indicó.
Rubi tiene muy clara la misión que le encomienda Wálter Centeno en el terreno de juego.
“No me pide nada fuera de lo normal de lo que venía haciendo en el Motagua (de Honduras), fijar los centrales y tratar de hacer movimientos, que no invada la zona de los volantes porque tenemos muchos jugadores con buen pie, Mariano (Torres), (Marvin) Angulo. Jugar de centro delantero para mí es un honor, hay otras funciones que vamos a ir entendiéndonos”, comentó.
Castillo terminó haciéndose fotos con los aficionados y hasta diciendo unos “pura vida”.