Randy Vega fue el encargado de anotar el primer gol del campeón nacional, el Club Sport Herediano, en el Clausura 2025, pero ese es solo un capítulo más en su historia de vida, que está llena de sacrificios y sueños cumplidos, que vale la pena compartir.
Vega, de 23 años, vivió una etapa complicada cuando, a punto de debutar en primera división, vio truncado su sueño por una situación inesperada con Pérez Zeledón. Sin embargo, siguió adelante, con fe, trabajo, esfuerzo y mucho talento.
Vega nació en Limón y allí vivió hasta los 15 años, aproximadamente, luego se fue de la provincia y al tiempo regresó. En ese momento (no recuerda con exactitud los años ) se integró al alto rendimiento de los caribeños. Volvió a irse, esta vez para Pérez Zeledón, donde hizo la pretemporada con los Guerreros del Sur. No hizo ligas menores en ningún equipo.
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“La pretemporada la hice bien en Pérez Zeledón, estaba Johnny Chávez de entrenador (qdDg) y todo estaba listo para mi debut, que iba a ser con 16 años, pero al profe lo despidieron y llegó otro entrenador que cambió todo y me tocó irme”, expresó el florense.
En ese momento se tuvo que poner a trabajar en construcción, pero le hizo una petición a Dios y luchó por ella. “Mi sueño era jugar en primera y le dije a Dios que me lo permitiera porque de esa forma yo podía ayudar a mi familia, somos de condición humilde. Yo le quería hacer una casita a mi mamá y a mis hermanos”, contó.
Él es el mayor de seis hermanos.
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Cuando trabajaba en construcción conoció a un dirigente de Quepos Cambute (allí vive su familia), quien le pidió que ayudara al equipo y así lo hizo. Randy ya no jugaba en canchas abiertas (con Hatillo de Quepos), sino en la segunda de Linafa.
“Me fue muy bien, quedamos campeones en Linafa y allí me jaló Puntarenas, don Horacio Esquivel me llamó y jugué en segunda división y quedamos campeones, fuimos a primera y debuté con el Puerto”, manifestó.
Después de eso, don Horacio lo volvió a llamar para que jugara con Guanacasteca y tuvo algunos microciclos con la Sele. Y estando con los chorotegas, llamó la atención de Jafet Soto, quien se comunicó con él y ya conocemos la historia con el Team. Debutó el domingo, justamente en el Puerto, y anotó el gol del empate.
Randy dijo que ya le pudo construir su casita a la familia, conformada por su papá Randall Vega, su madre Arelis Gutiérrez, Andy de 14 años, Brandy de once y los trillizos de tres años Brian, Yarelis y Emily. Además, tiene un hijo que se llama Darrel Mateo, de tres años.
“Siempre me he inspirado en sacar a mi familia adelante, yo luché por esas cosas y ahora mi bebé también es mi motorcito”.
“La casita ya se la hice, con algunos familiares, yo ayudaba y la terminamos el año pasado”.
Ahora ambiciona jugar en el extranjero, como meta profesional, pero quiere terminar sus estudios y seguir ayudando a que su familia tenga mejores condiciones de vida.
La historia de Randy Vega es un ejemplo de que con esfuerzo y dedicación los sueños se pueden hacer realidad. Su perseverancia y gratitud son una inspiración para todos aquellos que buscan alcanzar sus metas, demostrando que con trabajo duro y fe, cualquier obstáculo puede ser superado.