El sufrimiento de los tibaseños que llegaron al parque central del cantón para ver el partido de la Sele contra España empezó desde antes de que arrancará el juego.
Cuando faltaban cinco minutos para que arrancara el encuentro mundialista, ya toda la gente estaba bien acomodada, pero se fue la señal de internet de la pantallota que tenían para ver el partido, así que entraron las dudas de si se podría ver.
Faltando dos minutos se empezó a proyectar en la pantalla una novela y, como buenos ticos, los aficionados se pegaron una chiflada hasta que lograron poner la señal de Qatar, justo segundos antes de que el árbitro diera el pitazo inicial.
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Cuando ya se creía que todo estaba bien, se empezó a pegar la señal y de nuevo llegaron los chiflidos, luego de cuatro minutos se restableció la imagen pero sin audio.
Un carro con parlantes que estaba en el parque puso la señal de Teletica Radio, pero el audio iba antes que la imagen, lo que le quitaba la emoción al asunto, así que que al final optaron por dejar la imagen sin sonido durante el primer tiempo.
La gente se metió de lleno en el partido y cuando cayó el primer gol de España se silenciaron las cornetas y las miradas veían con incredulidad a los españoles celebrar.
Los aficionados se mantuvieron firmes, con la fe en el empate, pero cuando cayó el segundo las esperanzas se empezaron a apagar, incluso algunas personas se fueron del parque llenos de tristeza.
Cuando pitaron el penal a favor de España, la gente gritó el nombre de Keylor Navas deseando que evitara el gol, pero no fue así; llegó el tercero y terminó de derrumbar las esperanzas de muchos aficionados que mejor se retiraron, resignados.
Aunque ya era paliza, cada vez que los jugadores ticos se acercaban al marco rival la gente gritaba y les mandaba las mejores vibras, pero nada que llegaba el gol de Costa Rica.
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Por momentos la impotencia se convertía en enojo y frustración: “juega más el equipo de la muni de Tibás”, dijo un aficionado, “mejor vamos a la iglesia a rezar”, dijeron unos estudiantes que llegaron a ver el juego y tenían miedo que la goleada fuera peor.
En el medio tiempo, Luis Zamora, trabajador de la muni de Tibás, dijo que no entendía qué le estaba pasando a la Sele
“No es para nada el equipo que queríamos ver en el mundial, no hay un líder que proponga, están jugando muy desordenados y se le nota a Keylor que está fuera de ritmo, porque tiene mucho tiempo de no jugar en su equipo.
“Parece que se les olvida a los jugadores que los están viendo los equipos de todo el mundo y que esta es la mejor oportunidad que tienen para mostrarse y conseguir un buen contrato”, expresó.
Por su parte, Francisco Arce, quien también trabaja en la muni, dijo que estaba muy decepcionado porque él realmente esperaba que el cuadro nacional hiciera un buen papel contra España.
“No sé qué les pasa, no están jugando nada, ojalá mejoren esa actitud para los partidos contra Japón y Alemania”, manifestó.
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Al arranque del segundo tiempo ya se había ido mucha gente del parque, pero aún quedaban aficionados con ganas de ver un milagro.
“¡Diay! ¡Pero qué le pasa a Keylor!”, gritó una aficionada con un gran dolor en el corazón cuando llegó el cuarto gol de España, “mejor vámonos”, le dijo a la señora que la acompañaba y de una vez empezaron a caminar.
Cuando cayó el quinto ya no fue sorpresa, y ya toda la gente deseaba que terminara la masacre.
¡Cayó el sexto! ¡Increíble! Ya lo único que quedaba en la gente era enojo, insultaban la pantalla como deseando que el sonido llegara a Qatar; el dolor se convirtió en cólera.
¡Cayó el sétimo! Solo los masoquistas seguían viendo la pantalla, deseaban que la pesadilla acabara ya.
Al final de partido quedaba menos de la mitad de la gente que llegó a las 10:00 a. m. y las caras de los que quedaban los decían todo: ¡qué vergüenza!
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