EscucharLa Liga y Saprissa siempre han gozado de los errores arbitrales y cuando no es así lloran como si no hubiese mañana. Pierden la vergüenza y reclaman olvidando todas las veces que se han visto beneficiados.
Ahhh pero Dios guarde otro equipo ajeno a la “realeza” del fútbol tico se anime a alzar la voz en contra del arbitraje. Cuando esto ocurre salen con su discurso de “ve, por eso Cartago no gana nada”, o “ese Jafet es un llorón” o “si no hubieran fallado todas las que tuvieron...” y todo lo que se les ocurra para minimizar el error arbitral que los benefició.
Este fin de semana quedó en evidencia, tanto la Liga como Saprissa se vieron beneficiados por los errores del ser humano que viste de negro, porque cuando se equivocan a favor del morado o rojinegro, se convierten en personas que pueden fallar.
El sábado en el primer gol de la Liga Porfirio López estaba en fuera de juego y el segundo gol rojinegro nace de una falta inexistente.
Al día siguiente, en Tibás, Pedro Navarro no pitó un penal, clarísimo, es más, Jimmy Marín, recibió tres faltas en una sola jugada, y como si eso fuera poco a José Guillermo Ortiz le anularon un gol por un fuera de juego que nunca existió.
Y así como estas existen innumerables jugadas en finales y partidos decisivos. ¡No me obliguen a mencionarlas porque son muchas!
A estas jugadas me gusta llamarlas errores porque me niego a creer que haya dinero o intereses de por medio, de verdad no creo que eso se dé en el fútbol tico.
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Creo que estos errores son impulsados por la presión mediática que recibe el árbitro, en esas milésimas de segundo cuando un réferi tiene que pitar una jugada que podría ser determinante por su cabeza pasan todas las críticas que recibirán de parte esa mitad del país que se verá perjudicada, llámense morados o manudos, es entendible, la bronca que se comerían es grande.
Por eso manudos no sean carebarros, no digan que las 35 copas moradas son regaladas, no minimicen a Cartaginés por reclamar, y ustedes morados no le tiren tanto a Jafet Soto, recuerden que tienen techo de vidrio y del más frágil.
