El fútbol puede cambiar el ánimo de las personas en segundos, muestra de ello es Jonathan, guardameta del Moreirense de Portugal.
Tras el silbatazo final frente al Porto, el arquero pensó que su equipo había perdido, ya que no se dio cuenta que el gol de los Dragones, que cayó en el último minuto, había sido anulado por fuera de juego, por lo que el encuentro finalizó sin anotaciones.
“Infelizmente queda un sentimiento de tristeza porque el equipo merecía salir de acá con puntos, pero no lo conseguimos”, mencionó el arquero en entrevista después del juego.
Ante dicha respuesta, el reportero le aclaró que la pizarra no se había movido, pues en el momento de la anotación, Jonathan recibió un golpe que lo dejó tendido en el terreno de juego.
“Me pareció que la última jugada había sido gol. Ahora estoy más contento porque en la última jugada terminé golpeado en la cabeza, quedé un poco tonto, pero feliz; entonces olvídense de todo lo que dije”, dijo muerto de risa el joven portero.