Sandra Mejía, la ultramaratonista nacional corrió lesionada aproximadamente 60 kilómetros en las “200 Millas de México, Tras la Huella de Jaguar’ y además perdió una uña de su pie izquierdo en media competencia.
La valiente mujer enfrentó la competencia de 320 kilómetros (la distancia oficial) con todo el valor del mundo, con altas expectativas y bajo condiciones extremas de clima pero sacó la casta por Costa Rica y obtuvo el segundo lugar en la clasificación general femenina y el primer lugar de en Máster con 84 horas.
Sandra se mantuvo los primeros 200 kilómetros en buenas condiciones físicas, pero tuvo que empezar a batallar con el desprendimiento de la uña del dedo meñique del pie izquierdo. Aquello le quedó en carne viva.
Unos kilómetros después, Mejía se lesionó con un esguince grado uno en la rodilla derecha, pero no dejó de darle duro y terminó con éxito la competencia.
La prueba consiste en correr 320 kilómetros sin parar, excepto para comer, hidratarse, darse una ducha y un pequeño descanso, a discreción de cada atleta, en una de las ultramaratones más difíciles de América.
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El reloj de Sandra marcó 31 kilómetros más (351 kilómetros en total), y dijo que todos los relojes de los demás competidores marcaron más distancia de la oficial.
“La carrera fue dura, clima extremo, llegamos como a 45 grados con 70 por ciento de humedad, había terrenos bastante técnicos. Los puestos de asistencia eran muy pocos, la alimentación era poca, la cantidad de agua también. Tuvimos una parte de 40 kilómetros sin puesto de asistencia y eso deteriora el cuerpo”, expresó a La Teja.
“Al final estoy satisfecha con mi desempeño, al kilómetro 200 iba golpeada de ampollas en todos los dedos y se me desprendió una uña. Tome la decisión de arrancármela, el dolor era bastante pero era menos si me la quitaba y seguro por estar compensando las ampollas se me hizo un esguince en el pie derecho”, expresó.
De eso se dio cuenta en un puesto de asistencia cuando faltaban 60 kilómetros. “Era un puesto donde podíamos descansar y descansé 30 minutos y llegó una muchacha que estaba ayudando y me dijo ‘tenés un esguince, te lo voy a vendar’, mientras descansaba ella me vendó, y me ayudó mucho, evitó la inestabilidad del tobillo”.
La competencia se llevó a cabo del 26 al 29 de julio en Oaxaca, México.
¡Felicidades a Sandra porque demostró ser toda una guerrera tica!