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Puntarenas recuperó todo su color y goleó en su regreso a la primera división

En un ambientazo el Puerto triunfó 3-0 ante un San Carlos manso

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El regreso de Puntarenas FC a la primera división se vivió por todo lo alto en la cancha y en las gradas. Foto: Facebook Puntarenas FC

¡Qué falta le hacía el Puerto al fútbol nacional! Su color, su gente, el ambiente único del estadio Miguel Ángel “Lito” Pérez, que este miércoles lució como en sus mejores tiempos.

Los chuchequeros triunfaron 3-0 ante San Carlos en su regreso a la primera división tras ocho años, la victoria fue la coronación de una fiesta que se vivió por todo lo alto.

Desde la comparsa en la gradería, el humo naranja y el audio del “territorio de tiburones” la mejenga entró en calor muy rápido, el mismo que cocinó a los toros .

No es para menos, el Puerto venía anhelando este partido desde hace mucho tiempo y ahora que finalmente llegó, le dio rienda suelta a toda la energía acumulada.

De feria, a los cuatro minutos, un cabezazo hacia atrás de Yosserth Hernández luego de un tiro de esquina en el que el arquero norteño Jason Vega se quedó clavado en el marco, puso el 1-0 y encendió más el fiestón.

Al ritmo del bombo y trompetas los naranjas jugaban felices ante un toro manso, asustado.

En las gradas las fiesta no paraba y a los 33 minutos, cuando Asdrubal Gibbons marcó de penal aquello, pasó a jolgorio en medio de un llenazo en la Olla Mágica.

Los goles se celebraron con todo este miércoles en el Lito Pérez. Foto: Facebook Puntarenas FC

“Que más bonito disfrutar en la olla mágica, con un ambiente tan lindo acá con la afición más fiel y más linda, que regreso más bonito”

“La llegada del profe Alexander nos ha ayudado mucho, es un profe que confía mucho en los jóvenes, que nos da confianza, ¿Quién nos da la confianza para ponerlo a uno de titular de una vez”, dijo Anthony Hernández, joven de 20 años, vecino de Chacarita, que fue una de las figuras porteñas.

Es que en el Lito nadie se sentaba ni un instante, pasaron muchos años para vivir algo así nuevamente, por lo que no era una noche para quedarse quieto.

Cierre soñado. En una noche así, la cereza al pastel la tenía que poner un ícono e hijo del Puerto como Daniel Quirós, quien aprovechó para tocar una bola que le sirvió otro porteño de cepa, Jurguens Montenegro, en una jugada que se armó con calidad y coraje.

Nadie sabe si todas las mejengas chuchequeras serán así, pero es un aviso importante de que está de vuelta.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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