Una extraña debilidad de sus hombros casi le impide al guardameta del Santos de Guápiles Bryan Morales continuar con su carrera deportiva en el fútbol de la primera división.
A los 17 años por primera vez se le desmontó el hombro derecho y cinco años después el izquierdo, por lo que su vida como futbolista se complicó por completo, ya que defender una portería es imposible con este tipo de lesiones.
Después de las operaciones en el Hospital del Trauma, los médicos lograron colocar unos pines que le ayudaron a corregir el daño en los hombros y que le permitieron a Bryan, de 25 años, defender la portería santista sin preocupaciones.
“Eso me sucedió con la selección sub-20 de Rónald González, tuvimos un fogueo contra Honduras y ese día me tocó atajar durante veinticinco minutos en los que salí fuera del área a cortar un balón y caí mal. Seguí jugando normal, pero sentía mucha molestia”, comentó Bryan.
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Esa fue la jugada que marcó los próximos años de este talentoso portero. El médico de la Sele le dijo que solo era un golpe, que se sentiría mejor después de recibir terapia y cuando regresó al club le dijeron que solo tenía que esperar que se desinflamar el hombro a para volver a los entrenamientos.
Pero la historia no fue tan jamón como le dijeron, porque al volver a las prácticas cada vez que atrapaba la pecosa sentía un gran malestar y se le desmontó por primera vez el hombro derecho.
“Fue en ese momento que se me vino todo abajo, porque de niño nunca padecí de nada. Tuve dos operaciones, una en cada hombro, el derecho me di cuenta porque me habían dicho que si se me volvía a desmontar tenía que ir a cirugía, ya que solo así se podía curar, pasaron ocho meses para hacer esa primera operación”, recordó Bryan.
Después de pasar por el bisturí fueron cuatro meses de terapia para lograr su recuperación, la cual se la brindó el cuadro santista. Él volvió a jugar, con miedo pero pudo regresar.
No obstante, la historia se repitió, ya que el hombro izquierdo le dio los mismos problemas y tuvo que pasar al quirófano de nuevo y cumplir con un proceso de recuperación similar.
“Mentalmente uno tiene que ir madurando, saber que son situaciones que pasan y aprender de ellas, gracias a Dios soy creyente y eso me ha ayudado bastante, así como mi familia y amigos, quienes han estado conmigo siempre. Todo eso me ayudó mucho a salir de esa situación.
“Tuve un buen proceso porque no es sencillo, la confianza siempre tiene que estar y uno tiene que ir aprendiendo. Por dicha, mentalmente soy muy fuerte”, aseguró.
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La salvada es que quedó puras tejas y ahora trata de ir con frecuencia al gimnasio para fortalecer sus hombros.
Eso si, en algún momento de este duro proceso tuvo que amarrarse los pantalones y tomar decisiones porque en Santos una persona quería retirarlo y darle un puesto administrativo.
“Fue una situación muy incómoda y a la vez no sabía qué hacer, pero son adversidades que uno tiene que pasar para tener fe y creer en lo que uno hace. Cuando me dijeron que yo ya no servía, que no creían en lo que podía hacer y que no podía seguir jugando fue muy doloroso. Una vez me hicieron una llamada de parte de la administración y me dijeron que me daban el puesto de gerente deportivo o que podía cumplir los seis meses de contrato, pero que después no me iban a renovar, realmente me quitaron del equipo", dijo Bryan.
Morales dice que a esa persona (se reservó su nombre) le respondió que él iba a seguir jugando, aunque en un principio su familia le recomendó que aceptara la propuesta.
Debido a lo anterior tuvo que irse a jugar en condición de préstamo al Barrio México en julio del 2016, bajo las órdenes del profe Gustavo Martínez. Ahí le fue muy bien, por lo que poco el Santos de Guápiles le pidió que regresara en diciembre de ese año y desde esa fecha sigue con el club.
Ahora 100% recuperado, Bryan espera en algún momento volver a ser parte de la selección