Jonathan Rougier, portero argentino del Motagua de Honduras, le contó al diario deportivo Olé el susto que vivió el sábado previo al clásico contra Olimpia, por el pleito entre barras y que acabó con la vida de cuatro personas.
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El sudamericano lo describió como el peor susto de su vida, agregó que cuando explotaron los vidrios del bus donde viajaba, algunos cayeron en su boca y garganta, por lo que debió ser trasladado al hospital.
“Fuera de peligro, este domingo pudo entrenarse para prepararse para el juego del próximo martes, ante Nicaragua FC, en Managua, por la Copa Concacaf. Y le explicó a Olé la situación”, señala la entrevista escrita por Juan Pablo Méndez y que reproducimos a continuación.
“Ya estoy bien. El problema fue que, dentro de las cosas que me pasaron, cuando estallaron los vidrios me cayeron en la boca. Y así me entraron esquirlas (pedazos) y en el mismo accionar de tragar algunas se fueron para la garganta y para la traquea. Pero ya está, no pasó a mayores, por lo menos en mi caso. Otro compañero terminó con tres vidrios en el ojo", indicó Rougier.
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–¿Cómo hiciste para entrenarte este domingo, a 24 horas de toda esa angustia?
Me pude entrenar con normalidad. Es que no pasó del susto, los doctores dijeron que no era para preocuparse, dentro de lo que pasó hubo pequeñas gotas de sangre, pero nada grave. Sólo el susto...
–¿Pero fue un sustazo?
El susto más grande de mi vida. Pero lo mío es una anécdota, lo principal es la solidaridad con los familiares de las personas muertas.
–¿Con qué elementos contundentes los atacaron?
Tiraron botellas de cerveza, licor y vodka, todas llenas. Reventaron los vidrios y varias pasaron por el mismo agujero de un impacto y les pegaron a unos compañeros. Algunos botellazos pasaron de largo, otros no.
–¿Dónde estaban ustedes cuando se produjeron las batallas que terminaron con los cuatro fallecidos?
Nosotros nunca llegamos al estadio porque tras la agresión el técnico estuvo inteligente en darse cuenta de que no podíamos ir a la cancha. Volvimos al hotel y de ahí fuimos en ambulancia a un hospital.
–¿Pudiste comunicarte de inmediato con tu esposa para tranquilizarla?
Un poco después, cuando nos pudimos calmar. Al principio estábamos shockeados, no entendíamos el porqué de la explosión y quedamos con un poco de miedo. Cuando vi a varios a reaccionar, busqué mi celular en el bolso y le avisé a mi mujer, le expliqué que no había sucedido nada importante físicamente para nosotros. Ahí mismo, en el bus, ya le había avisado.
–¿Pensaste en irte de Honduras después de esto?
-No me voy de Motagua, más allá de la inseguridad, porque el club siempre se portó bien, actuó en todo. Estuvieron siempre a predisposición, hasta el presidente, luego de que pasó todo, yendo a vernos.
Los dirigentes estuvieron siempre queriendo saber si estábamos bien. Tenemos que estar agradecidos, estamos temerosos de lo que pueda pasar, cada vez que nos vamos en los buses uno puede tener miedo porque lo que pasó fue muy grave. Yo estoy agradecido con la gente, como con todos los familiares y amigos que se preocuparon por mí.
Podrían clausurar estadio
Según publicó este lunes el diario deportivo Diez de Honduras, la Secretaría de Seguridad analiza cerrar el estadio Nacional de Tegucigalpa debido a los incidentes del sábado.
En total fueron cuatro los muertos y siete los heridos de gravedad. Dentro de las barras hay personas identificadas por tener problemas con la ley.