En medio de la locura y la celebración por el título de Cartaginés, Allen Guevara se acordó de un viejo amor: Alajuelense, equipo en el que jugó durante 10 años, en el que levantó cinco títulos y del que salió en el 2020.
Como capitán brumoso, al Cusuco fue al que llamaron para levantar la copa que coronó a los blanquiazules en la gramilla del estadio Alejandro Morera Soto, aunque Guvara reconoció, minutos después, que le hubiera gustado hacerlo en otro lugar.
Cuando el liberiano salió de cambio a los 71 minutos por Arturo Campos, los manudos en la Catedral se levantaron a aplaudirle, gesto con el que le demostraron el respeto y aprecio que aún siente por él.
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“Se debe al buen trabajo que con humildad se hace, uno es agradecido por donde pasa y deja huella, la verdad hoy me duele por ellos, yo no quería tanto celebrar acá, pero Cartaginés se merece muchas cosas también, lo que me queda ahora es disfrutarlo”, dijo Allen.
A diferencia de las veces que celebró títulos en la Catedral, esta vez levantó la copa en un estadio casi vacío, solo con los pocos cartagineses que estaban en el estuche.
“Por ahí tengo algún sentimiento por hacer eso, pero creo que igual el fútbol se disfruta, más que por este equipo han pasado muchos, muchos jugadores y no han podido hacer esta hazaña que hoy hacemos.
“Yo siempre que vengo al Morera, los partidos que vine con Cartago, siempre me dieron ese respeto y yo hacía ellos también, en ningún momento hice algo que los enojara. Yo estoy muy agradecido con esa institución que me hizo crecer como futbolista y como persona, que es lo más importante cuando se retira”, destacó.
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El Cusuco es de esos jugadores con estrella, pues además en el 2009 alzó el título con el Municipal Liberia.