El reclamo que hizo Alajuelense a la FIFA por no incluirlo en el Mundial del clubes tiene una figura en común, según destacó un medio español, llamado El Desmarque, de Sevilla, España.
Se trata de español Agustín Lleida, quien fue gerente deportivo de Liga Deportiva Alajuelense por cuatro años.
Resulta que la relación de Lleida con el reclamo manudo es su vínculo actual con el Real Oviedo de España, club que pertenece al grupo Pachuca de México.
Ese grupo es el objetivo de la denuncia de los rojinegros, pues son los dueños de León y Pachuca, ambos clasificados al mundial.
Según la fundamentación de la Liga, el artículo diez del reglamento del mundial impide esa situación.
LEA MÁS: Marco Vásquez: “Lo que diga Jafet Soto no tiene importancia”. Aquí todo lo que dijo
Según Marco Vásquez, vocero de Alajuelense, ese artículo especifica que en el mundial, dos clubes no pueden pertenecer a un mismo dueño.
El Desmarque publicó la nota con el título: “La polémica en el Mundial de Clubes con el Real Oviedo y el Grupo Pachuca de por medio”.
En la entrada, ya expone la relación. “La Copa Mundial de Clubes de la FIFA se estrenará en 2025 y la FIFA ya tiene prácticamente cerrado el torneo a falta de conocer al último clasificado, Atlético Mineiro o Botafogo, tras confirmar la invitación al Inter Miami de Leo Messi. Esta decisión implicó una polémica y quejas pero ninguna llegó a tanto como la del Alajuelense, que ha reclamado participar en este torneo con el Real Oviedo como implicado”.
LEA MÁS: Agustín Lleida deja la Liga con un título nacional masculino
Y líneas más abajo detalla: “La relación entre el Alajuelense y el Grupo Pachuca también está relacionada con la figura de Agustín Lleida, actual director general del Real Oviedo. El directivo oscense arrancó como preparador físico en el Pachuca de 2011 a 2014 antes de pasar a ser director deportivo y fichar por el Alajuelense en 2018. En Costa Rica duró cuatro temporadas antes de firmar por el Real Oviedo en el cargo que mantiene hasta la actualidad”.
El reclamo de Alajuelense pone sobre la mesa una discusión clave sobre los criterios de participación en el Mundial de Clubes y las posibles implicaciones para otros equipos bajo la misma estructura de propiedad. La FIFA tendrá que aclarar su posición para evitar más polémicas.