Si Mariano Torres jugará en Europa, el tanto que marcó este domingo ante el Herediano se hubiera hecho viral, seguramente en cosa de minutos, y saldría en los resúmenes deportivos de todo el mundo.

Afortunadamente para los morados, el argentino es ficha en Saprissa y ante el Team una vez más demostró el porqué come en una mesa aparte en el fútbol, un bombazo suyo abrió la cuenta en la victoria 2-0 del Monstruo ante los florenses, un resultado con el que se asegura el liderato de la primera fase. El otro tanto fue de Orlando Sinclair, quien parece tenerle la medida a los rojiamarillos.

Los morados le llevan diez puntos al Cartaginés, segundo lugar de la tabla, que aún tiene nueve en disputa, por lo que es imposible que nadie los alcance.

El misil del capitán morado y el jupazo del delantero, además, dejan tocado al Team, tres puntos abajo de zona de clasificación con seis puntos por jugarse, las cosas no le serán fáciles a Jeaustin Campos para meterse a semifinales.

Ojo, con Mariano no nos quedemos solo con el gol, porque sin bajarle méritos, un zurdazo bien pegado como con el que se rajó este domingo podrían decir que a cualquiera le sale, pero cuando son tres o cuatro veces hablamos de capacidad, eso ya no es un chirpazo.

El duelo más bravo de este domingo se dio precisamente entre Torres y Bryan Segura, meta herediano, urgido de reivindicarse luego de su horror del jueves ante Cartaginés.

Claro, no solo el 20 le dio brete al portero rojimarillo, en la primera parte lo tuvieron a pura metralla, primero Kendall Waston con un cabezazo que rechazó a los siete minutos y luego Warren Madrigal con otro jupazo al 15′.

En medio de eso, ojo que el Herediano casi abre el marcador con una bola que Warren Madrigal rechazó casi abajo del marco ante un remate de Anthony Contreras, cuando el meta Kevin Chamorro estaba lejos del marco tras un achique que había hecho.

Había buen ritmo, pero el partido se rompió por el zurdazo de Mariano, un misil al que Segura por más que se mandó no le anduvo ni cerca. Como desde la media se la llevó y casi desde 3/4 de cancha se mandó con ese balazo.

Estalló la Cueva a los 26 minutos al ver eso, ni el baldazo que caía en ese momento apaciguó una celebración de locos. Otro mérito de Mariano y Saprissa, tirar y tirar a un portero que tiene la confianza tocada, pero que aún así cumplió.

En cuatro minutos, Torres lo probó tres veces, primero con un remate al palo al 41′, luego otro tiro desde la banda izquierda casi sin ángulo que hubiera retado casi a la física si lo echaba y que apenas la sacó Bryan, y con otra frente a marco al 45′. Era como un francotirador.

Mariano tenía a todo el saprissismo en éxtasis viendo como a sus 35 años su calidad se mantiene intacta, no digamos que es el extranjero del fútbol nacional, porque eso es limitarlo, es el mejor jugador del fútbol nacional, no veamos pasaportes a los que son realmente buenos.

Cayó el segundo

Para el segundo tiempo, Heredia aplicó una vieja confiable de las suyas, el ingreso de Kennedy Rocha, a lo mejor con el plan con el que ya lo tienen muy coloreado, pero que en días como estos no le salió, porque el Monstruo fue lo suficientemente cuidadoso para evitar darle excusas para un piscinazo.

El segundo gol, el tanto que fue la estocada, también nació de los pies del argentino, un tiro de esquina al 72′ que puso en el centro del área, a donde apareció Orlando Sinclair que tenía muy pocos minutos en el campo y con un cabezazo, que primero dio al palo, se metió para el 2-0. Eso liquidó.

Quedó tiempo para que en el Team sufriera por otra vieja confiable, pero esta sí tiene que preocupar muchísimo, porque oooootra vez, sí, otra vez se fue expulsado Fernán Faerron, esta vez por acumulación de tarjetas amarillas por dos faltas, una en cada tiempo.

La impotencia de ver eso para un herediano es difícil de imaginar, uno de los fichajes bomba ha pasado más suspendido que habilitado.

Saprissa ya está en la final del torneo, eso nadie se lo quita, pero no solo por la magia de Mariano, sino porque luce como el equipo más fuerte y sólido del torneo. ¿Qué podrá sentir Jeaustin Campos al ver eso? Lo que era suyo.