De la misma manera que en el fútbol se copian estilos, sistemas, métodos de juego o entrenamientos del extranjero esperando conseguir mejores resultados o sorprender al rival los maleantes también están ojo al cristo de lo que pasa fuera de nuestras fronteras para aprender mañas.
Gerardo Castaing, criminólogo y exagente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), nos explicó que la tendencia de los famosos “paseos millonarios” –como del que fue víctima Alonso Solís en diciembre del 2006– es una práctica importada.
“Ahora, con la globalización, no solo se da (la copia o imitación) a nivel industrial y comercial, sino también a nivel criminal. Muchos de esos casos eran ejecutados en México y Colombia y fácilmente por las redes sociales e Internet o delincuentes que migraron a Costa Rica empezaron a utilizar este sistema”, indicó el experto.
El “paseo millonario” es una modalidad de asalto en la cual una persona es forzada por maleantes a andar por diversos cajeros automáticos para sacar dinero de sus cuentas bajo amenazas. Fue un método de robo que tuvo su “boom” entre el 2006 y el 2012 nos dijo Castaing.
Solo en el 2008, por ejemplo, el OIJ tenía conocimiento de 36 casos únicamente en la Gran Área Metropolitana.
Como en este tipo de atracos es la víctima quien saca el dinero del cajero, los delincuentes no quedan grabados en las cámaras. Eso hacía difícil para las autoridades identificarlos de manera plena a la hora de una acusación o un juicio, así que muchos quedaban en libertad, como sucedió en el caso de Solís.
Medidas para frenarlos
Debido a la peligrosa moda que se estaba dando se tomaron diversas medidas para tratar de bajar la incidencia en este delito.
“Se tomaron varias medidas para combatir el paseo millonario, una de ellas fue que los cajeros automáticos al menos de los bancos públicos y algunos privados no pudieran dar dinero después de determinada hora, creo que eran las diez de la noche”, explicó.
En noviembre del 2008 doce agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y dos fiscales formaron un grupo para hacer frente a los “paseos millonarios”. Cinco años después, en 2013, ya se notaba un descenso en ese tipo de delitos; sin embargo, eso no quiere decir que hayan desaparecido y las autoridades piden siempre cuidarse.
Una nota del periódico Al Día del 2009 destacó que las horas preferidas para cometer este delito eran entre las 9 p.m y la 1 a.m.
Los delincuentes que retuvieron a Solís se dejaron llevar por el BMW en el cual viajaban él y su esposa de entonces, Amalia Benavides.
“Esa (la marca del carro) era una señal para los delincuentes que si tenían un automóvil último modelo o de una buena marca y lo podían mantener podían pagar entonces una cantidad de dinero que no fuera muy alta”, comentó el exagente.