El que por su gusto muere, que lo entierren parado, esa fue la sentencia del París Saint Germain y Luis Enrique en Champions League por ser incondicional con un portero como Gianluigi Donnarumma, quien ha dado incontables muestras en este torneo de no ser confiable.
Los parisinos perdieron 1-0 en casa ante el Borussia Dortmund de Alemania en el partido de vuelta de las semifinales con lo que quedaron fuera de la final continental.
Otra vez Donnarumma fue el villano con el que ha sido uno de sus grandes defectos, como lo es el juego aéreo, en el que falló una y otra vez, por uno u otro motivo.
¿De qué sirve medir 1,96 metros de altura y tener buen físico si como portero no se impone en las alturas? Es la gran pregunta que muchos se hacen partido a partido.
Al inicio del segundo tiempo Matt Hummels entró solo en el área pequeña para cabecear a los 50 minutos, jugada en la que el meta italiano del PSG se quedó clavado en el marco. Otra vez.
Una anotación más en el cuadro de Luis Enrique que es responsabilidad de Giggio, de nuevo se quedó clavado en un tiro de esquina, no salió a despejar y después, en el jupazo del defensor teutón, la bola le pasó al lado sin hacer mucho.
Luis Enrique prefirió morir con un portero inseguro, que la Champions se ha vuelto su gran calamidad desde que llegó al club galo en lugar de un Keylor Navas, que aunque veterano, más bien en la Champions ha tenido sus grandes momentos de gloria.
Más allá del error de Donnarumma al equipo del tico, que se fue todo el torneo sin jugar un solo minuto, le cayeron todas las plagas este martes en su propio campo, adonde le fue imposible si quiera hacer un gol, con cinco o seis jugadas al poste o las buenas tapadas del meta Kobel, del Dortmund.
Un fracaso más del PSG en Europa, no estará en la final en Wembley el 1 de junio, adonde los alemanes esperarán ya sea a su gran rival local como el Bayern Munich o al Real Madrid.