La autopista General Cañas fue testigo esta tarde de miércoles de un “doloroso” hecho, cuando un tráiler chocó el McLaren de Carlos Rodríguez, exdueño de La Guácima.
Aparentemente es un McLaren 650S que ya tiene historia en Tiquicia porque en agosto del 2017 la Policía de Control Fiscal lo decomisó porque las autoridades investigan un supuesto ingreso ilegal al país.
En aquel momento se dijo, según el Registro Nacional, que el McLaren tiene un valor de contrato de ¢89,5 millones, pero su valor fiscal actual en el Ministerio de Hacienda es de ¢55,2 millones.
La navezota que chocaron anda sin placas y si no es única en el país hay muy poquitas así en Costa Rica.
“Cuando lo vi lo que me da es pena por el mae del tráiler, me imagino, obviamente que ese carro tiene que estar asegurado, pero el que pudo sentir horrible fue el chofer del camión, es como matar un unicornio, ese carro es único”, comentó Carlos Zeledón, experto en mecánica y enderazado y pintura de este tipo de naves.
La salvada para el trailero es que por la posición de la navezota en las fotos, al parecer, fue Rodríguez el que se le metió al camión.
“El que lo ve en la calle le va a tomar una foto, es más común ver un Ferrari, eso lo dice todo, habrá gente que lo ve y ni sabe que marca es”, agregó.
Carlos explicó que aunque el golpe parece pequeño, el costo es de la reparación es invalorable.
“Digamos que haya que reemplazar algo, casi que estoy seguro que tiene que llevarlo a alguna agencia McLaren en el mundo o un experto venir a verlo”, indicó.
“Digamos que aquí lo ve un taller grande, ellos pueden reparar ese carro, cualquiera lo puede reparar, pero el código de color es supercomplicado, el búmper o plástico no es que se vaya a conseguir en cualquier lado porque no está en stock de repuestos.
"Hay que fabricarlo para él específicamente, porque ¿quién va a hacer ese repuesto? son carros de cochera de exhibición, tal vez en Estados Unidos haya repuestos, pero creo que ni ahí”, señaló el experto.
Con respecto a costos, Zeledón asegura que solo el búmper le puede salir en ¢5 millones, así calculando bajito.
“Sin contar la reparación, así que todo puede salir en ¢10 millones, entre mano de obra y pedido”, indicó.
“Para decirlo de alguna manera, el carro McLaren más barato puede ser el carro más caro de cualquier otra marca de gama alta. Son supercaros, después, hay que tener un historial de superauto para que le vendan uno, no lo venden así porque así, hay que ser un cliente premiun, son por pedido, no hechos para vender en masa, prácticamente al gusto”, comentó.
Intentamos conversar con el dueño del chuzo, Carlos Rodríguez, pero no atendió nuestra llamada.