El técnico de La U- Universitarios, Marvin Solano, regresó a los entrenamientos, pero antes de volver a las canchas necesitó no solo el permiso del ministerio de Salud, sino también el visto de bueno del médico del club y de un cardiólogo.
Solano, de 64 años, sufrió un infarto el 30 de enero del 2012 mientras dirigía a San Carlos, una condición que, en caso de contagiarse con el coronavirus, lo clasifica de forma directa a la lista de personas de alto riesgo.
Vuelven las mejengas (Horarios sin confirmación de Unafut) |
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El torneo reinicia el martes (3 p.m.) Guadalupe - Limón y (8p.m.) con el duelo Cartaginés - Alajuelense. Para miércoles a las 3 p.m. La U - Santos, a esa misma hora Grecia - Pérez Zeledón; 5:10 p.m. San Carlos- Jicaral y cierra 8 p.m. Saprissa - Herediano. |
“Antes de empezar a entrenar lo consulté y me explicaron que gracias a todos los exámenes y controles que realizo anualmente estoy saludable y apto para mi trabajo. Tengo los mismos riesgos de contagiarme que toda persona, por lo que sigo los protocolos con disciplina.
“Lo hice para respaldar mi caso, aunque hay una recomendación en el protocolo que indica que los delegados no tengan más 60 años, pero de los técnicos no dice nada. Sé la edad que tengo y por eso consulté”, contó Marvin quien es el técnico con más años de comer zacate del Clausura 2020.
El entrenador académico comentó que apenas supo que tenía que volver a las canchas empezó a hacer preguntas sobre su caso, porque había escuchado de que él podía estar en un grupo delicado.
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“Consulté porque se decía que las personas que habían tenido problemas cardíacos o algo similar eran de riesgo, pero en mi caso gracias a los estrictos controles que tengo con el experto y jefe de Cardiología del San Juan de Dios, no hay problema. En los últimos siete años y medio la única medicina que uso es la cardioaspirina (una al día)”, reconoció.
Solano admitió que poco a poco se va acostumbrando a dirigir con mascarilla.
“Igual estoy consciente de que me puedo morir de eso y cualquier otra cosa”, agregó.
Solano no solo enfrentará el estrés del virus, que al final y gracias a su buen estado de salud es el que menos le preocupa, sino que tendrá que luchar para que los universitarios no se vayan a la Liga de Ascenso.
La U es última en el Clausura (12 puntos) y en la acumulada (30 puntos en 37 mejengas jugadas).
En la clasificación general, donde hoy Solano y sus muchachos concentran la atención, están a seis puntos del más cercano que es el Municipal Grecia, el otro es el Santos de Guápiles que los supera por ocho unidades.
El miércoles tendrá una gran oportunidad en el reinicio del campeonato, porque enfrentará al cuadro santista, un rival directo en la lucha por el no descenso. La mejenga será a las 3 de la tarde en el estadio Jorge Hernán “Cuty” Monge, en Desamparados.
Marvin admite que el fútbol debió esperar más, pues desearía que se diera más tiempo para el control del COVID-19, pero como esta decisión no depende de él y ya se consiguió el permiso, tan solo se adapta y ahora le pone todas las ganas.
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“Lo que yo siempre he pensado es que la vida humana tiene un gran valor, por eso los protocolos los estamos aplicando con mucha disciplina, que es igual de exigente para los partidos. Esperamos en Dios, y cuidándonos bien, que nadie se contagie, pero a los que estamos en este ambiente y que nos gusta el fútbol, nos metemos de lleno con mucha alegría”, dijo convencido.
Para no preocuparse por nada, el técnico de Universitarios resaltó el gran trabajo del médico del club, Jefrey Jácamo, quien no afloja.
“Todos nos metemos en el aspecto de competencia, más sabiendo que en el caso de nosotros nos jugamos algo tan importante como es la permanencia en la primera división, hay mucho compromiso y mucha alegría”, comentó.
A pesar de su condición, el entrenador no toma medidas adicionales, y con respecto a la presión por salvar a la institución del descenso, tampoco se estresa más de la cuenta.
“Eso hemos hecho esto durante 35 años de carrera, he estado en esta situación muchas veces, disputando arriba y a veces abajo, así que haremos lo mejor que podemos y siempre con el sueño de lograr los objetivos. Uno está acostumbrado y sabe manejar eso, a los que nos gusta esta fiebre nos emociona, a mí en lo personal me encantan estos retos”, reflexionó.