Una de las sorpresas en este arranque de campeonato fue ver al defensor Pablo Herrera jugando con el Municipal Grecia, futbolista al que muchos ya daban por retirado.
El lateral, de 33 años, salió ayer como titular en el duelo ante Saprissa por la primera jornada del Clausura 2021 y sorprendió por su buena condición física, sus piques por la banda y por convertirse en protagonista del juego, eso sí, demasiado acelerado en la toma de decisiones, como en los momentos para rematar.
Herrera tenía casi cuatro años de no jugar en la primera división, el último partido en el que había actuado fue en marzo del 2017 jugando para Pérez Zeledón.
Después anduvo en la segunda división y hasta estuvo en otros trabajos no relacionados al fútbol.
“Me sentí bien, la verdad. Acá lo más importante fue el esfuerzo del equipo, las ganas de ganar el partido, tuvimos varias opciones en ofensiva y me incluyo en esas, pero nos faltó un poco más de calma, como fue mi caso.
“No hay excusa, tuvimos situaciones de juego y el penal. En lo personal me voy contento, pero insisto que queríamos ganar, buscar los tres puntos, aunque se notó la actitud y el esfuerzo”, comentó Herrera al final del juego.
En redes sociales más de uno destacó que con todo y ese parón, Herrera le complicó las cosas a la defensa morada y hasta dejó botado a jugadores como Ricardo Blanco en algunos piques.
“Desde que estoy entrenando me he preparado de la mejor manera, muy a consciencia por eso me siento muy feliz de esta oportunidad, aportar en todo lo que pueda al equipo, acá todos somos una familia y lo más importante es ir mejorando”, detalló.
Herrera tratará de buscar aquel protagonismo perdido que tuvo en algún momento en el fútbol nacional, sobre todo en la Liga, y demostrar que tiene gasolina para rato.