El camino ya nos lo había mostrado claramente la Real Federación Española de Fútbol, por supuesto, cuando se tienen pantalones y sobre todo dignidad.
Desde el momento que se supo que el entrenador Julen Lopetegui firmó con el Real Madrid, el presidente de la federación española, Luis Rubiales, lo despidió a solo un día de comenzar la Copa del Mundo Rusia 2018.
Nada que ver con lo que hizo Rodolfo Villalobos, lamentable presidente de nuestra Fedefútbol, quien convocó a conferencia de prensa el miércoles para que el uruguayo Gustavo Matosas comunicara la burla que hizo a nuestra selección y al país, y como gran cosa Villalobos se llenó la boca diciendo que el partido de la noche de este viernes, contra la selección uruguaya dignamente dirigida por el maestro Tabárez, sería como homenaje de despedida para Matosas.
Después de la soberana metida de patas, la mañana de este jueves la Fedefútbol mandó un comunicado diciendo que ya Matosas no estaría en el banquillo, pero el daño estaba hecho.
Villalobos fue tan complaciente con Matosas que el técnico se aburrió de no hacer nada simplemente porque nunca tuvo un jefe encima que le marcara la cancha y lo pusiera a bretear de verdad.
Nunca hubo en la Federación, a pesar del montón de gente que vive de ella, alguien que hiciera al uruguayo sudar por el montón de plata que se ganaba, aunque para el charrúa fuera una limosna.
Así como jaló Gustavo Matosas también debería jalar la cúpula de la Federación Costarricense de Fútbol empezando por el dañino Rodolfo Villalobos. Y para ponerle la cereza al indignante pastel, el periodista y abogado, Amado Hidalgo, cita en su columna de opinión La Tribuna, lo siguiente, Matosas “se va sin contestar la gran pregunta que nadie se atrevió a hacerle: ¿Si es cierto que habló con Sergio Hidalgo para pedirle que votara por el grupo oficialista, pues si no, dejaría el cargo al día siguiente? De ser así, su renuncia raya en lo inmoral".