Cuando un club gana casi siempre, como sucede con el Bayern Munich, en Alemania, por citar un ejemplo, sus éxitos se convierten en parte del paisaje y se ven como algo normal.
Eso pasa con el equipo femenino de Liga Deportiva Alajuelense, que mañana podría imponer una histórica marca en el fútbol costarricense, ya que en caso de empatar contra Dimas Escazú llegaría a 34 partidos sin perder. Y eso no es jugando.
Las leonas igualaron el récord nacional impuesto en la temporada 1992-1993, hace dos décadas, por el equipazo, también rojinegro, integrado, entre otros, por Richard Smith, Pavel Karoch, Ricardo Chacón, Javier Delgado, Juan Carlos Arguedas, Mauricio Montero, Paul Mayorga, Austin Berry, Joaquín Bernardo Guillén, Óscar Ramírez y Hernán Fernando Sosa.
Las alajuelenses, bicampeonas, suman año y dos meses invictas y de normal no tiene nada.
Hay que aplaudirlas, también a su cuerpo técnico encabezado por Wilmer López, a su asistente Gabriela Aguilar, a la coordinadora de la división femenina, doña Mercedes Salas y por supuesto a don Fernando Ocampo, quien ha movido cielo y tierra para que el fútbol femenino, en todas las divisiones, tenga todo el respaldo de la institución rojinegra.
A pocas semanas de la Copa Mundial Femenina Sub-20 (10-28 de agosto en nuestro país) el momento es propicio para reconocer el empuje, el compromiso de la Liga con las mujeres, lo que era impensable hace unos pocos años.
Todavía queda muchísimo camino por delante, pero lo fundamental es que una institución grande da pasos firmes para bien del deporte costarricense y de las ticas.