Los líderes de grandes religiones nos han dejado un mismo pensamiento, con variación de algunas palabras, pero que al fin persiguen lo mismo: una profunda reflexión, en palabras simples, que va directamente a la yugular del alma.
–“No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti.” Confucio. Esta sabia enseñanza nos invita a reflexionar si cada uno de nosotros está haciendo lo posible por no contagiar a los demás. En la misma frecuencia están:
–“Todo lo que una persona no desea que le hagan, debe abstenerse de hacerlo a los demás.” Mahabharata.
–"Esfuérzate en tratar a los demás como querrías ser tratado, y verás que es el camino más corto a la benevolencia". Mencio.
Esta sabia enseñanza también nos invita a reflexionar si cada uno de nosotros está haciendo lo posible por no contaminar a los demás.
–″Cuanto quisiereis que os hagan a vosotros los hombres, hacédselo vosotros a ellos". Mateo. Evangelios, 7,12
–″Ninguno de vosotros es creyente mientras no prefiera para su hermano lo que prefiere para sí mismo". Mahoma.
Estos mensajes nos los heredaron pensadores de milenarias culturas de épocas en que cada una de ellas eran un mundo aparte, hoy en un mundo global, que es un pañuelo, el coronavirus nos tiene en vilo a todos, y esas enseñanzas nos pueden guiar.
Si seguimos al pie de la letra las directrices de las autoridades de salud y aplicamos esas antiguas y vigentes reflexiones, el COVID-19 no debería pasar más allá de un gran susto. Amén.