¿Viste lo qué pasó en México?, era la pregunta frecuente la noche del sábado y este domingo entre familiares y amigos.
Una atroz riña entre barras bravas de Querétaro y Atlas ocurrió en el estadio La Corregidora.
Medios de comunicación y aficionados hablan de fallecidos, al menos 17, las autoridades no oficializan esos datos. Varios heridos están graves.
El salvajimo en su expresión más pura rodó de las gradas hasta el terreno de juego.
Al minuto 60 y el partido 1-0 a favor del Atlas cientos de fanáticos protogonizaron la batalla campal.
En México piden las sanciones más duras para los Gallos Blancos, en Costa Rica los más envenenados cruzan los dedos para que intervenga la FIFA y elimine a México del Mundial de Catar.
Pensar en sacar provecho de la desgracia mexicana hace que se nuble el entendimiento y no miremos hacia adentro. Así como los rojinegros del Atlas fueron protagonistas en esta lamentable noche, los rojinegros de la Liga Deportiva Alajuelense protagonizaron el 12 de diciembre pasado un hecho también lamentable.
La eliminación de los manudos provocó un caos total en el Estadio Morera Soto. La situación se salió de control una vez que terminó el clásico 0 a 0 y Saprissa pasó a la gran final contra el Team.
Muchos aficionados perdieron el control y se armó el zafarrancho, las familias de los jugadores corrieron peligro.
Los horrores vividos en México y en el Morera Soto deben hacer que los clubes ticos, sus directivas, UNAFUT, FEDEFUTBOL y Seguridad Pública reflexionen, evalúen lo que se ha hecho y lo que se debe mejorar para garantizar la seguridad en los estadios.
La Doce, La Ultra, La Garra están ahí latentes.