El técnico Johnny Chaves desnudó olímpicamente al Esqueleto. En su análisis en La Nación mostró de forma muy clara la suma de errores de Douglas Sequeira en el fracaso hacia las Olimpiadas de Tokio con la Sub 23.
Lo terrible es que algunas de las pifias son muy básicas, del ABC del manual del entrenador. El análisis de Chaves es sencillito, hasta Douglas, Carlos Watson y Rodolfo Villalobos lo pueden entender.
Sigo con este tema porque en Costa Rica no hay bronca que dure tres días, sin embargo, se debe seguir poniendo el dedo en la llaga porque no es posible que desde el 2017 andemos de fracaso en fracaso y no suceda nada. Y faltan los fogueos en Europa.
Dice Chaves que en la elección de su línea de juego, el Esqueleto mantuvo el esquema que le gusta, el 1-4-3-3, pero no usó los jugadores adecuados para ese sistema, así que los forzó. Una lección básica del fútbol es escoger el sistema de acuerdo a los jugadores que tengo para sacarles lo mejor. A la inversa es hacer chocolate sin cacao.
“Nunca quiso cambiar el sistema, se mantuvo fiel al 1-4-3-3 y esto lo traicionó”.
Más adelante dice: “Se pudo haber prescindido de alguno de los extremos, para tener a un futbolista más armador y lanzador, como Cristopher Núñez”, dice Chaves, sin embargo, Núñez se quedó aquí.
“Contra Estados Unidos, de entrada se fue conservador, se apostó a la contra, pero después de cierto tiempo había que darse cuenta que el rival no era tan fuerte”. Pero luego contra México, “Douglas fue muy pretencioso al jugar abierto”.
O sea, no sabía ni donde estaba parado. La lista de errores es tan larga como los desaciertos de Rodolfo Villalobos.