El fútbol para muchos es apasionante por lo que sus protagonistas nos regalan sobre la cancha de cualquier parte del mundo, las virtudes de los jugadores técnicos, el pundonor de los rudos, los paradones de los porteros, otros quedan impactados por los planteamientos tácticos de los entrenadores.
A mí me apasiona el fútbol porque es como la vida, nos llena de lecciones, reflexiones, éxitos, fracasos, de todo como en botica.
Así como no podemos negar que existen los golpes de suerte, como ocurre en cualquier actividad, en el fútbol usualmente el que trabaja más, el que estudia más, el que lucha más, es el que triunfa. Y así es la vida.
Una de las lecciones más frescas nos la da Johan Venegas, quien volvió como el perro arrepentido (diría el Chavo), a la Liga Deportiva Alajuelense.
¿Qué nos enseña Venegas? La forma en la que debemos salir de un trabajo, ya sea por renuncia o despido, o incluso al terminar una relación sentimental. Siempre hay que salir como los grandes, con la frente en alto, para dejar las puertas abiertas y que no nos restrieguen nada en la cara si tenemos que regresar.
De la Liga, que le había abierto las puertas cuando lo despidieron del Impact de Montreal, huyó a escondidas luego de entrenar por la mañana, para firmar con el Saprissa pocas horas después. Después de adular a la afición morada, ahora vuelve lleno de zalamerías para los seguidores rojinegros.
No me interesa analizar si hizo bien la Liga al buscarlo, lo que deseo enfatizar es la forma en la que nos debemos manejar como seres humanos, con dignidad y honestidad, porque la vida y el fútbol dan muchas vueltas.