¿Tiene autoridad moral Jafet Soto, gerente de una prestigiosa institución como el Herediano, para jalarle el aire a su hijo si agrede verbalmente a alguien?
Sus actitudes prepotentes, sus malacrianzas e insultos sonrojan a cualquiera. Son tristes lecciones para los niños y jóvenes que van a los estadios del Team o ven los partidos por televisión.
Hay que frenarlo y no solo con multas. La gente que maneja el fútbol nacional debe sanearlo.
La FIFA se ha pronunciado contra los actos racistas, quiere mano dura contra los aficionados malamansados. El espíritu de la entidad es hacer de este un deporte que no avergüence a nadie y ese espíritu debe regir en Costa Rica en todos los ámbitos.
Soto volvió a insultar a los árbitros al finalizar el primer tiempo entre Herediano y Saprissa, así lo confirmó el informe arbitral de Allen Quirós, réferi central del juego que ganaron los florenses 4-1. Y lo mismo había hecho en noviembre del 2019, en el partido de ida de la semifinal ante Saprissa. Quien se sacó entonces la rifa fue el árbitro Ricardo Montero.
El árbitro Quirós no inventó nada, los jugadores saprissistas corroboraron su reporte.
“Al finalizar el primer tiempo, en la zona de camerinos estaba esperándonos el señor Jafet Soto Molina, de manera vulgar, ofensiva, amenazante, soez, comenzó a gritarnos diciendo: 'Sos un maricón, no sirven para nada, siempre es la misma m... con vos, reporten lo que les dé la gana, son una mi... como todos los h... árbitros de aquí, reporten lo que les dé la gana que para eso yo pago”, dice el informe.
Al terminar el partido le preguntaron a Jafet sobre la situación. Su respuesta fue: “No tengo por qué decírtelo. Buenas noches”. Por Dios, ¿hasta cuándo?