Si bien los partidos de la fase más caliente del certamen de Primera División, a partir de este domingo, se seguirán jugando sin público, la actitud de Jafet Soto, gerente deportivo del Club Sport Herediano, debe ser vista con lupa porque le encantar indisponer a aficionados, dirigentes y árbitros.
Y es que entre las malacrianzas de la desaparecida Ultra morada y el veneno que escupe Soto yo no veo mayor diferencia, porque ambas actitudes lo que hacen es enralecer el ambiente, ya de por sí alterado por la seria crisis de la pandemia del COVID-19.
Aplaudo el regreso del fútbol como distractor, para despejarnos un rato de tantos problemas como los que estamos atravesando, pero cargar el deporte favorito de los ticos con cochinadas no se vale.
Los cansados y enfermizos comentarios de Soto, y él como la cara principal del club rojiamarillo, no es lo que merece la gloriosa institución Club Sport Herediano, fundado en 1921, con 28 títulos nacionales, grandes presentaciones internacionales, y que este viernes festeja 99 años de vida.
Recordemos la vieja enseñanza: las personas pasan, las instituciones quedan. Y Jafet aunque hoy se crea el dueño del equipo, en el que hace y deshace, por dicha pasará. El Team no ha necesitado de él para florecer, así lo enfatiza el sabio eslogan: El equipo que no tuvo infancia porque nació grande.
Esta pandemia mundial debe servir para sacar lo bueno que tenemos, y durante estos días cada fiebre se ilusionará e identificará aún más con los colores del equipo que le hacer latir fuerte el corazón, pensará en algo más que COVID-19, respirará fútbol y se sentirá vivo. Jafet no ensuciemos este momento.