Más allá de la búsqueda de talentos, es digno de aplaudir el enorme esfuerzo que ha hecho la Liga Deportiva Alajuelense con la residencia que construyó en el CAR, en Turrúcares.
El esfuerzo es digno de imitar por otros clubes de primera división.
Allí 45 jóvenes (podrían ser 70), de zonas vulnerables, así como muchachos que tal vez no tengan esa condición de riesgo social pero viven en zonas alejadas, desde este miércoles tienen techo, cama, comida, educación y la posibilidad de desarrollar sus habilidades deportivas.
La tarea de llevarlos de la mano recae en el sicólogo mexicano Cristian Rodríguez quien estuvo a cargo de un proyecto similar en Pachuca, México.
“Es muy importante señalar que esta no es una casa o un hotel, sino es un programa que se va a intervenir a través de gente especializada para esto, puede ser una casa nueva y lujosa, pero si no está acompañada por un programa de sicología del deporte y entrenamiento deportivo, no sirve de nada”, enfatiza Rodríguez.
Y para lograr esa meta, un día promedio para estos adolescentes comienza a las 5:30 a. m. y termina a las 9 p.m., después de haber tenido entrenamientos, lecciones académicas y hasta horas de esparcimiento.
El aporte social es encomiable, también el reconocimiento por el famoso CAR. Todos estos grandes esfuerzos le dan a la institución rojinegra enorme presencia en medios escritos, radio y televisión. En eso, no hay ninguna duda, son los campeones nacionales.
Sin embargo, para darles credibilidad y respaldo a estos sacrificios de la junta directiva, los futbolistas de la primera están en deuda, deberán poner una altísima cuota de entrega, de vergüenza deportiva y respaldar a sus jefes y afición con títulos. En ese campo están muy pobres.