En el fútbol, la mayoría de veces, la mentalidad es más poderosa que cualquier táctica.
Albert Rudé, técnico de Alajuelense, dio peligrosas señales de debilidad mental en un equipo que ya de por sí es frágil en la parte emocional.
El entrenador español cerró su conferencia de prensa de este miércoles, después de empatar 1-1 contra Herediano, con un argumento que realmente preocupa.
En resumido, dijo que quiere que su equipo sea líder en la fase regular porque, en caso de tener una mala noche --o sea, que lo eliminen en semis o en la final de la segunda fase--, tendría otra opción más para luchar por el título.
¿Así piensa un equipo ganador? ¿Esa va a ser la mentalidad para enfrentar las semifinales y la final de la segunda fase?
“Entrando de primero, si tienes un mal partido en esa serie, podés tener la revancha”, manifestó Rudé y a uno le parece mentira, primero que lo piense y, segundo, que lo exprese públicamente.
Don Albert, con todo el respeto que usted se merece, la Liga no debe ser líder por aquello de una pelada, tiene que serlo porque es un equipo grande y porque solo así puede ser campeón de una vez en la segunda fase, o sea, la gran final ni siquiera debería ser una opción.
LEA MÁS: Opinión del manudo: “Alajuelense se convirtió en una escuelita de técnicos”
¿Notó alguna diferencia en el discurso?
Si ese es el discurso que se le está inculcando a los futbolistas --¡desde ya!-- para asumir la segunda fase, apague y vámonos, porque Saprissa o Herediano, el que se meta de cuarto, se los comerán mentalmente.
Manudos, estamos advertidos.