Agustín Lleida dio una “master class” de cómo no se debe manejar una crisis.
Alajuelense tiene meses de estar en llamas y el gerente deportivo, el bombero llamado a apagar ese incendio mediático, llegó tarde y con leña en vez de agua, pues sus declaraciones fueron confusas, contradictorias y hasta temerosas.
La afición rojinegra quería respuestas, pero terminó con más dudas, no solo en el tema del cubano, sino del equipo, de los refuerzos, de Gabriel Torres, de Fernán Faerron y de las decisiones que solo toma el español en el equipo que se supone que es de su gente.
Lleida llegó con cara de derrotado a la reunión --gran error-- y en el camino intentó cambiar el semblante, pero no le salió porque en algunas respuestas titubeó y hasta se vio nervioso, como pocas veces.
La sonrisa que puso en algunos momentos fue más falsa que los cinco títulos seguidos que prometió una vez que la Liga ganara la 30. ¡La lengua castiga!
Daba la impresión de que algo no podía decir y por eso cada vez que la prensa lo ponía contra las cuerdas se le hacía un mundo responder, como que necesitaba darle mucha vuelta al asunto para no meter la pata y, para serles honestos, yo no le compré nada de lo que dijo.
Primero no aclaró bien por qué el sacrificado fue Marcel, siendo el goleador. Después dijo que fue una decisión técnica, o sea, que Albert Rudé así se lo pidió (¿habría hecho lo mismo si Luis Marín se lo pedía?) y finalizó diciendo que también pasaba por un tema económico.
Dijo que Marcel ganaba más que Ruiz y Celso y cuando le preguntaron que si Marcel era el jugador más caro, dijo que no, pero como diciendo “ups, metí la pata”. Si Marcel era más caro que Bryan y Celso y el cubano no es el que más cobraba, ¿quién podrá ser?, ¿Venegas, Leo Moreira? Ahí se las dejo picando.
La Liga pagó 150 mil dólares por Marcel a Cartago, solo lo usó un año, perdió los dos títulos nacionales y ahora se lo presta al mismo equipo al que le pagó esa millonada y me atrevo a decir que la única persona que lo ve como buen negocio es Agustín Lleida.
El español justificó el préstamo diciendo que la institución quintuplicó la inversión ya que gracias a que llegó Marcel pudieron vender a Moya a Korea y prestar a Jurgens a Bolivia. ¿Si ganaron tanta plata, por qué se va Marcel por un tema económico?
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También dio a entender que Gabigol no quiere nada con el equipo, que Marcel no puso trabas para irse y que Faerron ha pedido salir del equipo muchas veces... ¿Qué pasa en la Liga que no nos quieren decir?
Por si fuera poco, manifestó que él está tranquilo con la situación... ¿y la afición?
También dijo que el proyecto va bien porque ganaron todo en liga menor, pero olvidó decir que Saprissa ya le sacó seis títulos y que Herediano está a uno de alcanzarlos y los dos equipos sin CAR y sin dominar en categorías inferiores.
Me queda la impresión de que nuevamente Lleida tratará de endulzar a la afición con fichajes bomba (suena un jugador de Boca Juniors), aunque cada vez queda más claro que un equipo que pretende ser campeón no puede ser tan manoseado cada seis meses porque así no se crea un conjunto, se agrupan 11 buenos jugadores, que no es lo mismo y sino que lo digan Marcel, Arreola y Gabigol.
Es obvio que la gestión de Lleida en la Liga ha tenido muchos aciertos, eso no lo discuto, pero también errores y de esos nunca se hablan, como si fuera un pecado cometerlos. Nadie es perfecto, ni tiene por qué serlo, pero tampoco se vale hacerle creer a la gente que todo está bien cuando, a todas luces, no es así.
Y lo digo porque estoy seguro de que hoy --y siempre-- muchos manudos agradecerían más la honestidad y no estar oyendo que su equipo es el mejor en todo cuando otros son los que alzan las copas.