Desde que terminó el Mundial Brasil 2014, Costa Rica tuvo que comenzar un recambio generacional prudente, pero extasiados por el éxito que consiguió la Selección del profe Jorge Luis Pinto, no lo hicimos.
A partir de ahí comenzó una cadena de malas decisiones que hoy nos tiene como una de las peores selecciones de la Concacaf y por eso, querer culpar a Gustavo Alfaro, a los jugadores, a Claudio Vivas o al mismo Oseal Maroto no solo es populista, sino irresponsable.
El hueco en el que está la Tricolor lo cavaron los dirigentes que tienen años de estar en la Federación, encabezados en su momento por Rodolfo Villalobos, así como también por el montón de presidentes de clubes que forman parte de la Unafut y que siempre han velado, únicamente, por los intereses de sus equipos más que por un bien común.
La catástrofe que vimos en la serie contra Panamá era necesaria. No ahora, sino hace muchos años. Pero muchos irresponsables, en vez de dar el paso al salto generacional, siguieron colgándose medallas de clasificaciones a mundiales a pura maña, aunque a las citas mundialistas fuéramos solo a hacer el ridículo, “porque lo importante es clasificar”.
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Haber puesto ahorita a un técnico nacional a cargo hubiese sido más de lo mismo, porque probablemente llamaría a los mismos jugadores de siempre, puros veteranos y colmilludos que saben jugar estas series para intentar el milagrito y, “después veremos”, la misma maldita receta que nos tiene en este punto.
Es por eso que, aunque nos duela la humillación, era necesaria, en algún momento teníamos que empezar un proceso, una reconstrucción de una Selección, con una base nueva, que tiene que empezar a conocerse, a crear grupo, así el camino sea empinado desde el inicio.
Yo por eso, lejos de criticar a Maroto, a Vivas y a Alfaro, les aplaudo la valentía de tomar una decisión que se tuvo que asumir desde hace años y de no patear más el balón para adelante, como sí lo hicieron otros irresponsables.
Ojalá la reconstrucción sea aún mayor, que abarque ligas menores, formatos de campeonato nacional y que nos pogamos serios de una vez para corregir el montón de problemas que tiene el fútbol nacional y que no nos permiten que avancemos.
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Eso sí, paciencia y mucho trabajo, que todo el daño que le hicieron al fútbol en tantísimos años no se resolverá de la noche a la mañana.