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Jeison Navarro tiene 12 años, es un fiel aficionado a Alajuelense y por eso, cruza los dedos para que el próximo domingo, durante Los 90 Minutos por la Vida pueda conocer a su jugador favorito.
Navarro es manudo de corazón, apoya a los leones en todo momento y está orando para que pueda tener frente a frente al capitán rojinegro Celso Borges y hasta se imagina saliendo a la cancha tomados de la mano.
A Jeison lo diagnosticaron con leucemia el 24 de octubre del año pasado y en este momento, es uno de los niños que recibe ayuda de la Asociación Lucha Contra el Cáncer Infantil (ALCCI).
Junto a su mamita, doña Silvia Rojas, el chiquito reside en la casa albergue que tiene la organización en las cercanías del Hospital de Niños y ahí duermen, reciben alimentación y todos los cuidados necesarios, mientras Jeison se somete a sus tratamientos.
Invitación. Jeison y su mamá invitan a los fiebres para que apoyen a su equipo favorito y participen de Los 90 Minutos por la vida, que iniciará a las 4 p.m.
“Invitamos a todos para que lleguen al estadio o puedan donar por teléfono, la asociación apoya a muchos niños y sus familias y no nos quejamos, han sido muy especiales con nosotros”, afirmó el pequeño.
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“Tengo la fe de ir al estadio Nacional el domingo, soy súper liguista y mi mayor deseo es conocer a Celso. Ojalá pueda estar un momento con él, se imagina que pueda entrar con él al estadio.
“Soy tan liguista que aquí tengo un lienzo del escudo del equipo y me traje la camisa de la Liga”, dijo Jeison, quien es el menor de 3 hermanos y vive en Dulce Nombre de San Isidro de Alajuela.
Esperanza
Doña Silvia contó que contrario a lo que pasa en muchos casos, Jeison no presentó síntomas de su enfermedad.
“Un día tenía una cita con ortopedia, por una lesión que tiene en su columna y resulta que tenía unas vértebras quebradas. Le mandaron a hacer una serie de exámenes adicionales y ahí fue donde vimos que tenía las células cancerosas”, relató su madre.
Doña Silvia no ocultó que el proceso ha sido complicado, pero poco a poco van asimilando el tratamiento y su hijo no pierde la fe.
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“Al inicio yo no lo aceptaba, sólo Dios sabrá, pero no ha sido fácil. Pese a todo, hasta el día de hoy le doy gracias a Dios porque Jeison es un niño valiente, positivo, él mismo me dice que va a salir de esto.
“A veces lloramos, porque sale cansado de tanta quimioterapia, de los tratamientos, pero hasta el día de no me ha dicho ‘mami no quiero seguir’, de lo contrario, es quien está más motivado con esto”, destacó.
