En el centro de Nicoya, un Land Rover Serie II modelo 71 volvió a rodar como los grandes, gracias a las manos y la capacidad Leslie Villegas Alemán, un técnico en mecánica automotriz, que ama lo que hace y es un fiebre de esta famosa marca inglesa.
A Leslie todavía le cuesta creer que haya rearmado la nave solito, aunque le tomó varios meses cumplir con su cometido, pero gracias a su obsesión sacó adelante el proyecto y ahora disfruta los frutos de ese esfuerzo.
“El vehículo se lo compré a una señora que lo tuvo por 30 años en Cartago. Yo tenía tiempo de andar buscando un Land Rover y buscando en Internet vimos uno, así que fuimos a San José y lo vimos, pero no nos gustó mucho y estando ahí alguien nos habló de otro carro que estaba en Cartago.
“Como ya estábamos cerca, nos fuimos a Cartago, contactamos a la señora y de inmediato hicimos el negocio. El carro nos lo llevamos a Nicoya rodando ese día y estaba al día, pero había que meterle mano a muchos detalles. Le vi bastante potencial y decidimos hacer una reconstrucción total, el carro quedó mejor que de fábrica y, además, muy hermoso”, explicó.
Leslie nos comentó que el chuzo lo compró hace cuatro años, pero fue hace un año que logró reconstruirlo después de cuatro meses de ponerle bonito.
Se desmanteló por completo, se le hizo una reconstrucción total a la carrocería y al chasis, toda la parte mecánica también, porque se trabajó con el embrague, el motor, los diferenciales delanteros y traseros, los frenos y toda la suspensión. Se cambiaron los amortiguadores y las rótulas estaban malas. Además se tapizó por completo y ahora es verde, ya que antes era de un tono bronce. Le pusimos el color original del Land Rover Defender, el cual llaman Heritage (Herencia) en la compañía.
“Buscamos recopilar todas las piezas y repuestos primero, porque si uno empieza y no tiene todas las partes se alarga mucho. Hice la lista de todo lo que necesitaba y algunas actualizaciones, por ejemplo tiene un sistema eléctrico de un 2020, todo las luces en LED y tuve que pedir piezas desde Inglaterra.
Leslie reconoce que invirtió bastante chochosca, pero prefirió no dar montos. Este Land Rover fue cumplir un sueño de niño, porque aunque tiene otro chuzo, el Land Rover es el chineado, así que solo lo usa para pasear.
“Soy mecánico y tengo un taller en barrio La Lianza, en el cruce de Nicoya, carretera a Santa Cruz, que es bastante grande y bueno por lo que tenía lo necesario para reconstruir mi carro”, destacó Leslie.
“Las personas mayores me dicen que el papá o el abuelito tuvo uno de estos, el carro les recuerda muchas cosas y me dicen que es carro muy bueno, porque ahora los carros no son como los de antes”.
Al preguntarle si lo vendería, Leslie reconoció que sí y que ya tiene una señal de trato para venderlo al doble de lo que le invirtió.
“Al final recuperé la inversión que le hice y me quedó una ganancia, posiblemente para hacer otro proyecto y armar otro carro”, comentó.