Este 8 de marzo, en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, decenas de futbolistas alzarán la voz, para exigir cambios en la liga local y buscar soluciones para el desarrollo del fútbol femenino costarricense, cuya situación es cada vez más grave.
Hay quienes quieren disfrazar el panorama y afirman que en el balompié tico no hay una crisis. Pero, cómo no hablar de crisis cuando, precisamente, este viernes, Puerto Viejo, el actual subcampeón nacional, decidió hacerse a un lado y tampoco participará en la primera división.
Este es el segundo equipo que renuncia a competir en la máxima categoría recientemente, dos meses después de que el Deportivo Saprissa también decidiera no seguir en el campeonato tico, cuestionando una serie de acciones que toman las entidades a cargo del fútbol femenino: Adeliffe y Uniffut.
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Precisamente, este viernes, se le consultó a doña Jenny González, presidenta de la Uniffut sobre la renuncia de Puerto Viejo, y por medio de un mensaje contestó que el lunes habrá una reunión extraordinaria para hablar sobre el tema.
Pero la situación del fútbol femenino, no viene de enero, pues desde el año pasado había signos de alerta que ponían en evidencia los problemas de la liga.
Duro momento
En setiembre del año pasado, Deportivo Saprissa, Dimas Escazú, Municipal Pérez Zeledón, Municipal Pococí y Tsunami Azul firmaron un pacto para no continuar compitiendo en la temporada, debido a la negativa de la Fedefútbol de apoyar un plan remedial que buscara solucionar la crisis financiera que afectaba a varios equipos.
“Hemos recibido respuesta verbal por parte de Osael Maroto, el cual nos indica que el Comité Ejecutivo de la Fedefútbol no aprueba nuestra solicitud presentada. Asimismo, nos indica que el dinero recibido por la Fedefútbol del mundial femenino mayor ($1.500.000.00) la federación lo administra y no destina ningún monto para los clubes de fútbol femenino de la primera división”, citó un documento firmado por los clubes.
Dos meses después, en noviembre, Uniffut comunicó la expulsión de los equipos Tsunami Azul y Desamparados Pérez Zeledón, por no asistir a los partidos del campeonato y por no cancelar algunas multas que se les había impuesto en su momento.
El torneo de Clausura se cerró con 6 equipos y la final se disputó entre Alajuelense y Puerto Viejo. Las leonas cosecharon su octavo título al hilo.
El 9 de enero, el Deportivo Saprissa comunicó que dejaba la liga, por una serie de decisiones que se habían tomado el año pasado.
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Según Gustavo Chinchilla, el gerente del club morado, “nos reunimos y estuvimos de acuerdo en bajar de ocho a seis clubes y no pasó, y el mejor momento para hacerlo era cuando quedaron fuera los equipos de Tsunami Azul y Desamparados, pero Uniffut, haciendo una interpretación propia del reglamento, decidió descender a Pococí y, en el acto, ascender al segundo lugar de segunda división, y ahora a raíz de que sale el Saprissa, decide ascender al tercer puesto de la segunda división (Carmelita)”.
A inicios de febrero, Puerto Viejo amenazó con despedirse de la liga, debido a algunas decisiones que tomaron las autoridades previo al arranque del campeonato, programado para abril.
“Uno de los puntos más alarmantes es la falta de respeto a los acuerdos alcanzados. Como es de conocimiento general, se llevó a cabo una votación en Adeliffe en la que, por mayoría, se determinó que el torneo contaría con seis equipos en lugar de los ocho que participaron la temporada anterior.
“Sin embargo, de forma arbitraria y sin fundamentos claros, esta decisión de Adeliffe, buscando una mejora en el torneo, fue ignorada, manteniendo el formato anterior de ocho equipos, lo que pone en duda la transparencia en la toma de decisiones”, citaron.
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Hablan las protagonistas
Carolina Venegas, excapitana de Saprissa, y una de las principales afectadas por la crisis del fútbol femenino, reconoció que en la conmemoración del 8M se revive todo lo que ella y sus compañeras de equipo han pasado recientemente.
“En un día como mañana (sábado) se continúan con las diferentes luchas y me parece increíble que, a estas alturas, después de tantos años de luchas, nos estemos devolviendo en el fútbol femenino, cuando parecía que se había evolucionado.
“Esto no es un tema de un solo club, es un problema país. En este momento hay mucha incertidumbre, se habla de una fecha del inicio del torneo, pero no se sabe si se va a jugar, las jugadoras no están activas y por muchos años se luchó, incansablemente, para que el fútbol saliera adelante”, comentó.
Su excompañera de equipo y de Selección, Sofía Varela, quien actualmente juega con el Millonarios de Colombia, agregó que la crisis en el fútbol femenino es una realidad, pese a quienes no lo ven así.
“Eso afecta a los futuros talentos, a los procesos de Selecciones Nacionales y, de mi parte, me afecta mucho, me duele, porque no se ha sabido manejar la situación. Quienes lideran el fútbol femenino no le han tomado la importancia que el tema merece y lo que hacen es reorganizar como si nada pasara.
“Muchas de nosotras han hecho grandes sacrificios para tener una vida digna y por un momento se vio un crecimiento, pero no se supo manejar el desarrollo del torneo y ya el fútbol femenino no parece entretenido para algunas personas”, comentó.
Jacqueline Álvarez, exjugadora, también levantó la voz y dijo que lo que ocurre en la actualidad lo vivió en sus inicios en el deporte, en 1998.
“Hay tantos tabúes, situaciones difíciles y ver que hoy, tantos años después, se asemejan a aquellos años, es triste. Duele ver que equipos como Herediano y Saprissa ponen excusas y se hacen a un lado, truncando los deseos de decenas de jóvenes.
“Tenemos que seguir levantando la voz, en Costa Rica hay talento, pero existe un problema de organización, se necesita más apoyo y presencia de personas que, de verdad, quieran ver un crecimiento en el fútbol femenino”, mencionó.